En medio de la era COVID-19, y en su peor momento, la tarifas de transporte marítimo se colocaron entre los 18,000 y 19,000 dólares por contenedor, revela Alejandra de Luna, Directora General de TM Logistics, quien agrega que, previo a la escalada del conflicto entre Rusia y Ucrania, el precio llegó a estabilizarse casi a la mitad.

“Fue un momento en el que tuvimos la esperanza de que en cuestión de unos seis o 10 meses, podríamos empezar a tener un panorama diferente”, comparte, pues las cadenas de suministro ya estaban muy colapsadas; sin embargo, el nuevo conflicto trae de nuevo factores que presionan a los precios.

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“Quisiéramos tener esperanzas pero vamos a depender de qué tan drásticas llegarán a ser las medidas y las afectaciones”, señala en entrevista para TyT.

Alejandra de Luna

La especialista comparte que el escenario no es alentador y recomienda a las empresas estar preparadas para una nueva ola de aumentos y escasez de contenedores, que podrían ser aún mayores que lo reportado en el peor pico de la era COVID-19.

El pronóstico también señala que los tiempos de entrega se verán mermados, pues importantes rutas de transporte están comprometidas: “Hay cierres de espacio aéreo de Rusia, lo que ocasiona que los aviones tengan que desviar su ruta original. Tardarán más en llegar esas unidades, y eso hará que se pueda programar una menor cantidad de vuelos, que carguen más combustible, y eso hace que lleven menos peso”, explica.

“Asimismo se está evitando todo lo que tenga que ver con el mar Negro, pero como fue una decisión abrupta, había buques que ya estaban en tránsito, por entrar o salir, y se quedaron parados. Son buques y contenedores que van a hacer falta en alguna parte del mundo”, advierte.

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Datos de la consultora Drewry señalan que a medida que ha aumentado el riesgo de operar en el Mar Negro y el Mar de Azov –ambos colindantes con Ucrania–, las primas de seguro para los buques que ingresan a la zona de conflicto han incrementan considerablemente; como resultado, la oferta de embarcaciones en la región será limitada, lo que, junto con una prima alta en el seguro, hará subir las tarifas de flete.

De Luna también revela que hay clientes que podrían reconsiderar mandar sus embarques aéreos, en lugar de marítimos, pues llega un momento en el que es tan disparado el precio, sumado a las demoras, que hace sentido buscar esta opción para determinadas mercancías.

“Cuando un tiempo de tránsito podía ser de 40 días, llegamos a tener embarques con 120 días en tránsito y obviamente no estaba así planeado pero fueron sucediendo saturaciones en puertos y obstáculos que hicieron que no pudiera fluir como lo teníamos comprometido”, ejemplifica con la situación que se llegó a vivir en los comentos críticos de la pandemia.

Por otro lado, respecto a la parte terrestre, Rebeca Sánchez, experta en cadena de suministro, señala que una de las rutas importantes de tren que viaja desde el suroeste de China hasta Europa, cruzando Rusia, podría verse afectada si se toman medidas restrictivas.

La también docente de CETYS Universidad de igual modo subraya que, a la larga, no solo habrá consecuencias en cuanto a cierres de rutas, sino un potencial daño a la infraestructura del transporte en vías y puertos de Ucrania, un daño que no podrá restaurarse a corto plazo.

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La experta coincide en que las tarifas de transporte serán afectadas por en conflicto. Informa que la consultora de cadena de suministro, Forsyth, pronostica que las tarifas marítimas y áreas se van a disparar dos a tres veces más de lo que ya están hasta este momento.

A ello se le sumarán los aumentos en los tiempos de entrega: “ Esto tiene un impacto en muchas de las operaciones y costos de una cadena de suministro, no solo en el transporte, estamos hablando de inventarios, almacenaje, distribución y por lo tanto precio de producto final; definitivamente es crítico”, comparte.

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