Jorge salió hace una hora del patio de la empresa donde trabaja. Lleva dos remolques cargados con autopartes y va rumbo al Bajío. La industria automotriz trabaja bajo el concepto just in time y el recorrido está perfectamente programado. En su trayecto, la SCT montó un operativo para revisar el cumplimiento de la NOM-012 y, en la selección aleatoria de los inspectores, le tocó pasar a la revisión.

Si bien observan pesos y dimensiones, es importante cumplir con la documentación de la mercancía y del propio vehículo, además de las condiciones físico-mecánicas y, naturalmente, el estado del conductor. No siempre y no necesariamente son revisiones de rutina. Al margen de los potenciales actos de corrupción, la gran diferencia para Jorge es saber qué hacer, y qué no, ante cualquier acontecimiento.

Para conocer de qué va ésta y otra capacitación, platicamos con Gilberto Palomares, Director General de Transportes Pitic, quien nos contó que aun cuando los protocolos para cualquier incidente son sencillos, es importante hacer hincapié en la actualización, pues pasa lo mismo que en cualquier otra actividad: renovarse o morir.

Lo primero, explica, es dar aviso a la empresa, ya sea al área de Monitoreo o de Seguridad. Reportar quién los detuvo, la ubicación y el motivo. “Ellos ya saben que siempre deben colaborar con las autoridades, llámese Policía Federal o el Ejército, en vías federales, y con las policías locales o estatales en tramos urbanos”.

Parte de la capacitación, incluso, está relacionada con saber por qué los pueden detener y a qué tienen derecho. Muchos operadores del sector no están seguros de si cumplen con todas las normas y, para ahorrarse tiempo o alguna infracción, se bajan del camión con un billete corrupto.

“En el caso de Pitic, los operadores también saben que deben solicitar el nombre y la corporación de los agentes que los detengan. Toda esa información es de utilidad, sobre todo, en casos de abuso de autoridad, extorsión o hasta intento de robo, ya que a veces también hay retenes falsos”, agregó.

Al menos una vez al año, los operadores de Pitic reciben una actualización en materia de protocolos, además de que la compañía renueva constantemente sus campañas de comunicación para reforzar los mensajes de seguridad vial, salud y profesionalización.

En sentido opuesto, agrega Palomares, si alguno de sus operadores infringió algún reglamento, también tiene la consigna de asumirlo, cooperar con las autoridades y recibir la sanción correspondiente. De cualquier manera, siempre informar a la base.

“Hay casos, por ejemplo, en que cumplimos con los requisitos de las autoridades para cruzar mercancías por la frontera. Éstas llevan sellos y está prohibido violarlos. Si en un retén o en una revisión, los inspectores pretenden hacerlo, el operador tiene que notificarles el problema en que se meterían, pues fue una autoridad quien puso ese sello, y para el cliente, es importante que lleguen intactos. A veces, quienes revisan no saben esto y es indispensable advertirles que, de ser así, tendrán que responder por sus actos”, agrega Gilberto Palomares.

Por otro lado, el entrenamiento de los conductores también implica qué hacer ante un evento atípico, como un falso retén. Previo a bajar del vehículo, el operador igualmente debe dar aviso a la empresa, con toda la información posible. Y lo mismo con un intento o asalto consumado. “Mientras más rápido actúen y más información proporcionen, la reacción será más efectiva”.