Gabriel Sánchez Medina, integrante de la AMOS, dijo que existe una acción concertada con el fin de obligar a los transportistas a participar en un proyecto de fideicomiso, mediante el cual la empresa paraestatal Metrobús recaudará los ingresos de los proyectos de modernización del transporte, por una cantidad superior a los 45 millones de pesos al día, ingresos que sólo llegarán en mínima parte a los concesionarios, convirtiéndolos, de golpe, de microempresarios a trabajadores.

Esta situación, explicaron, obligará a los transportistas a vender sus participaciones en las líneas que se creen en los siguientes meses, lo que provocará un monopolio para quienes tengan el poder del dinero, como se vio recientemente.

Toda la estrategia parte de la falta de operación del programa de regularización que prácticamente los pone en estado de indefensión y a merced de las propias autoridades gubernamentales, ya que prácticamente la mayoría de las concesiones caducaron.

La cerrazón y falta de información es otro problema, ya que pese a estar dispuestos a invertir en el transporte desde 2009, por ejemplo los concesionarios de la Ruta 7 no tienen ni la información ni la atención necesarias por parte del Gobierno del Distrito Federal, a través de a SETRAVI. Será hoy cuando se realice la primera mesa de trabajo formal sobre lo que será la primera etapa de la Línea 4 del Metrobús que va del Puente Negro a San Lázaro.

“No queremos inversionistas privados como ocurrió en la Línea 3”, expresó Armando González, dirigente de la Ruta 7, quien recordó están integrados en una empresa con el capital suficiente para invertir, por lo que aseguran que nadie, salvo la Red de Transporte de Pasajeros (RTP), podría participar con ellos con un porcentaje máximo de 25 por ciento.

Sin embargo, dijo que ya existen diferencias con las autoridades del transporte con respecto de los aforos como ha sucedido con las otras líneas, ya que mientras ellos tienen estudios de alrededor de 110 mil pasajeros diarios, la Setravi los baja a 55 mil.