Debido a que el transporte público moviliza a más del 60% de los habitantes en la ciudad, deber ser prioridad y apostar fuerte por él para bajar a la gente del automóvil, aseguró Laura Ballesteros, subsecretaría de Planeación de la Semovi.
Durante su participación en el 8vo. Congreso Internacional del Transporte, la funcionaria destacó que el transporte público es una prioridad del Gobierno de la Ciudad de México para reducir la contaminación y mejorar la calidad del aire, y para ello es necesario hacerlo más eficiente y moderno.
Explicó que la Ley de Movilidad aprobada en 2014 es la mejor que la CDMX puede tener, ya que marca un cambio de paradigma en el que pone en el centro de todo al peatón, y no al automóvil como históricamente estaba sucediendo.
«Dejamos de mover vehículos para empezar a mover personas. Esta ley es la primera que realiza cambios normativos de fondo a favor de las personas y eso cambia todo: la inversión, la administración, la infraestructura…», subrayó la funcionaria de la Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México (Semovi).
Asimismo, coloca al transporte público en el segundo pilar de acción de dicha ley al considerarlo clave para alcanzar los objetivos ambientales, pero también para ayudar a proveer a los ciudadanos de un derecho básico: la movilidad.
Por eso, entre sus acciones fundamentales se encuentra el desarrollo orientado del transporte, el cual busca acercar a las personas a sus lugares de trabajo y que la ciudad cambie su Modelo hacia uno que invierta por trayectos más cortos para sus habitantes.
De igual manera, se trabaja en sistemas integrados apostando al transporte que permitan reducir la cantidad de automóviles particulares y que el servicio público llegue al grueso de la población.
En este sentido, destacó la importancia del marco normativo en el transporte, ya que «es el que permite hacer algo o no hacer nada» ante esta necesidad de la ciudad.