Lucía sale del patio de la empresa a las diez de la mañana. Debe estar a las once y cuarto en las instalaciones del cliente para cargar el camión y tomar camino hacia Monterrey. Es una de algunas operadoras que hacen largas distancias.
Llega veinte minutos antes y necesita ir al baño. Le pregunta al encargado y éste le indica que al fondo del patio hay un sanitario, pero quién sabe si tenga agua y papel. No es su primera vez, así que ella carga con su kit: papel higiénico, jabón, gel, pasta de dientes…
En efecto, en aquel baño no hay más que un retrete sin tapa y un tambo que alguna vez tuvo agua. Ella revisa y en el tanque sí hay una carga, así que limpia la superficie y hace lo que tiene que hacer.
De vuelta al camión recibe un mensaje grupal en el que sus compañeras, justamente, se quejan de los baños de las empresas en las que suelen cargar y descargar, sin mencionar, claro, las instalaciones de sus propias empresas.
Al día siguiente llega a su destino y pasa casi lo mismo, casi el mismo baño, casi las mismas circunstancias, pero ahora sin agua, así que tuvo que limitarse a la hora de usar el sanitario.
No había carga de regreso, de tal manera que tenía que pasar el día en las instalaciones de la empresa allá en Nuevo León, pero tampoco hay dormitorios para mujeres, así que prefiere dormir en su tractocamión.
En la propia empresa ya les han dicho que pronto tendrán espacios para mujeres: dormitorios, baños, regaderas, en fin, la infraestructura adecuada para ofrecerles las mejores condiciones laborales a sus operadoras.
Lucía sabe que hay otras compañías en las que ni reparan en la falta de estos espacios y mucho menos en la falta de oportunidades para las mujeres operadoras.
En otro espacio, quizá en el mismo tiempo, una mujer transportista repara en lo mismo. Piensa que ya es tiempo de contratar operadoras, pero también está consciente de que su empresa no está lista. En sus planes, ahora, está invertir en la infraestructura necesaria para este fin.
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Ambas piensan lo mismo, pero no se conocen. Ambas continúan con sus labores y suspiran mientras la idea que pensaron juntas ahora se disipa. Ellas continúan, al igual que nosotros, Al Lado del Camino.
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