En los primeros cuatro meses del año se han internado al país un total de 5,973 unidades pesadas usadas, lo que significa un crecimiento de 99.2% con respecto a las mismas cifras del año anterior.

Esto se ha convertido en un verdadero problema para la industria establecida en el país, ya que en enero entraron 1,565 unidades; en febrero 1,320; en marzo 1,416 y en abril 1,672, todas vía los famosos amparos. En los primeros cuatro meses del año se han comercializado 11,314 unidades nuevas, por lo que las unidades usadas importadas representan 52.79% de esa cifra.

Si hacemos un  análisis de 2009 a abril de 2013, se han comercializado 134,546 unidades pesadas nuevas, entre autobuses, camiones y tractocamiones. En ese mismo periodo han entrado 31,489 vehículos pesados usados, lo que representa 23.40% de los automotores comercializados nuevos.

Lo preocupante en este caso es que cada año la cifra de entrada de usados va en aumento, el 2009 fueron 3,513; en 2010 un número de 6,651; en 2011 alcanzaron 7,005, el año anterior de 11,647 y para este año la cifra puede ser de 15,000 vehículos.

Por más que la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT), ha dicho lo peligroso que es la entrada de estas unidades, que en muchos de los casos no cumplen con las normas de seguridad y son una amenaza en las carreteras mexicanas, siguen entrando al país esta clase de automotores.