En el año de la celebración de los primeros 25 años de operaciones de SILT, Alejandro González, director general de la compañía originaria de Ciudad Juárez, compartió que, a lo largo de estas más de dos décadas, son muchas las experiencias que ha acumulado en el autotransporte.

Acerca de los acontecimientos que han marcado la historia de la empresa, destacó el 2004, año en el que registraron un fuerte crecimiento al empezar a trabajar para la industria automotriz, la cual les ha enseñado conceptos como el just in time, la eficiencia operativa y la necesidad de contar con una flota joven y en excelentes condiciones que les permita cumplir de forma óptima con cada una de sus entregas.

Otro de los años clave para SILT fue 2012, fecha en la que el directivo reconoció la necesidad de renovar su parque vehicular y hacerse de unidades nuevas que promovieran la eficiencia, rentabilidad y redujeran los costos de operación. De acuerdo con el testimonio de Alejandro González, el apoyo de Freightliner fue determinante en este proceso, pues la armadora mostró su flexibilidad ante los requerimientos de la empresa y supo brindarle la confianza que requería para ir afianzando su crecimiento.

Flota en su mayoría Freightliner

A la fecha, SILT cuenta con una flota de 230 unidades, la cual es prácticamente 100% Freightliner. El 40 por ciento, especificó, pertenece al modelo Cascadia, mientras que el 60% corresponde al M2 en configuración quinta rueda. El directivo destacó la eficiencia, versatilidad, confiabilidad, buen valor de reventa, seguridad y confort que estos vehículos han sido capaces de aportar a su operación.

En lo que respecta al Nuevo Cascadia, incorporará las primeras cuatro unidades de esta nueva generación, las cuales estarán equipadas con motor DD13, transmisión automatizada, un paquete de sistemas de seguridad y la versión 2.0 de Enlace Freightliner.

Reveló que, actualmente, su parque ostenta una edad promedio de tres años, situación que le ha permitido experimentar las ventajas de contar con una flota joven, entre las que destacan: la posibilidad de olvidarse del mantenimiento, proyectar una imagen de modernidad e innovación, así como ofrecer a los operadores una herramienta de trabajo mucho más segura y confortable. “Nuestra ganancia se genera por transportar, no por estar reparando unidades”, precisó para expresar la conveniencia de dar servicio constante a los vehículos.

Camionera de Chihuahua es el distribuidor responsable de atender los requerimientos de SILT. No obstante, Alejandro González destacó la buena atención recibida tanto de ellos como del personal de planta, del corporativo y de Daimler Financial Services. Añadió que, a lo largo de estos años, la marca no ha escatimado en apoyo para lograr su completa satisfacción.

Asimismo, resaltó las capacitaciones ofrecidas a los operadores, las cuales les permiten obtener los rendimientos garantizados por los vehículos Freightliner. Entre los valores agregados, destacó también el acceso a un inventario de las partes que utiliza de forma recurrente y uno más que abarca reparaciones fuera de lo preventivo.

Acciones para su consolidación

Actualmente, explicó González Figueroa, SILT se encuentra en su etapa de institucionalización, la cual ha requerido la incorporación de un director general adjunto, con el que está trabajando a fin de definir el plan estratégico para los próximos años y a quien está preparando para pasarle la estafeta. 

A la par, se está conformando un Consejo de Administración, el cual es encabezado por el propio Alejandro y su esposa, socios en la misión de llevar esta empresa hacia su consolidación y a la posibilidad de mantenerse sin importar quién se encuentre al mando.

De cara a los próximos años, el empresario confía en mantener el crecimiento del negocio, pero siempre con cautela y paso firme. Reconoció que uno de los problemas que llega a frenar estos planes es el déficit de conductores que acusa el sector autotransporte, por lo que ha puesto en marcha su propia escuela para operadores.

La iniciativa consiste en reclutar a los jóvenes que se están preparando en los centros de capacitación autorizados por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), principalmente a aquéllos que viven cerca de la zona fronteriza.

El objetivo es seguirlos formando en la empresa. La primera etapa consiste en tres semanas de curso en las aulas y cuatro más en la práctica, de la mano de los denominados operadores maestros, es decir, colaboradores de gran experiencia al volante. Ellos se encargan de evaluar el desempeño de los alumnos y de instruirlos para explotar al máximo su potencial. Mientras los aspirantes llevan a cabo este proceso, la compañía les da un sueldo para que puedan concentrarse en sus estudios.

A la fecha, SILT cuenta con 530 colaboradores, de los cuales, alrededor de 350 son operadores, pues algunas de las rutas de largo recorrido que cubren requieren dos conductores para llegar en el tiempo previsto, lo que da oportunidad de que cada uno descanse.

En este sentido, confirmó que la prioridad de la compañía se basa en proteger la integridad de su equipo, pues sin ellos habría sido imposible alcanzar el crecimiento que han conquistado en más de dos décadas de trabajo.

“Cuidamos a nuestra gente dándoles el mayor beneficio. No dejamos que ellos administren sus trayectos, de eso se encargan los responsables de tránsito, quienes no les dan viaje hasta que hayan cumplido sus horas de descanso”, manifestó. 

A la par, cada mes se llevan a cabo exámenes antidoping y revisiones médicas de forma aleatoria para verificar que realicen su trabajo en condiciones óptimas de salud.

El tema de la inseguridad en las carreteras, dijo, también los ha obligado a intensificar sus protocolos. Como ejemplo, mencionó que en las zonas de riesgo por las que es necesario circular, el personal de monitoreo se encarga de ponerse en contacto con los operadores cada dos minutos para garantizar que no enfrenten ninguna eventualidad. “La gente entiende que es por su propio bien”, señaló.