Es un hecho, las modalidades de transporte no compiten, sino que se complementan, de manera que aprovechar cómo se articulan entre sí se vuelve un aspecto clave tras el paso de la pandemia, cuando las compañías más que nunca buscan cómo eficientar sus servicios sin sacrificar su rentabilidad.

Es en este escenario, donde el transporte intermodal aparece como una opción, ya que el movimiento de mercancías se puede realizar en distintos tipos de vehículos y modalidades de transporte a través de contenedores, sin manipular la carga y ahorrando tiempos de transbordo.

Por otro lado, su aplicación juega un importante papel en el comercio exterior, ya que ofrece ventajas como: mayor capacidad de carga, reducción de costos, servicios puerta a puerta y disminución de la huella de carbono, por mencionar algunas.

La Asociación Nacional de Transporte Privado (ANTP) aclara que apostar por el intermodalismo no significa favorecer a algún medio de transporte, sino que se reconoce que todos son complementarios; además, se optimizan los recursos para una eficiente operación logística.

El organismo agrega que su implementación integrando distintos tipos de vehículos conlleva beneficios tanto operativos, administrativos, en materia de seguridad patrimonial y vial, así como en reducción de costos. Asimismo, esta diversificación brinda opciones a problemáticas en la cadena de suministro, como el actual déficit de conductores profesionales.

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La clave está en la articulación de todos los actores involucrados: navieras, ferrocarrileros y empresarios del autotransporte. Y si bien el transporte en carretera se coloca como el principal medio –concentrando el 56.9% de la carga doméstica movilizada en 2020–, el intermodalismo se presenta como una opción para que el sector se reinvente y aproveche los recursos de los que cada parte dispone. Eso sí, poniendo siempre en el centro de la estrategia y las operaciones a sus clientes.

Conociendo las opciones

La ANTP considera que, actualmente, existe un mínimo aprovechamiento del transporte ferroviario en las cadenas de suministro en México, debido al desconocimiento de este medio, a la burocracia y la falta de interés en conocer otras alternativas para trasladar mercancías.

Lo cierto es que en tren se moviliza apenas el 13.4% de la carga doméstica en el país; sin embargo, el Sistema Ferroviario Mexicano (SFM) está compuesto por 17,360 kilómetros de vías principales y secundarias concesionadas, 4,474 auxiliares (patios y laderos) y 1,555 de particulares, las cuales en conjunto suman 23,389 km de vía operada.

Los concesionarios y asignatarios que brindan el servicio de transporte de carga en el SFM son: Kansas City Southern de México (KCSM), Ferrocarril Mexicano (Ferromex), Ferrosur, Ferrocarril y Terminal del Valle de México (Ferrovalle), Línea Coahuila Durango (LCD), Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec y la Administradora de la Vía Corta Tijuana-Tecate (Admicarga). Adicionalmente, la empresa FONATUR Tren Maya cuenta con una asignación mixta para la prestación del servicio público de carga y de pasajeros; sin embargo, aún no ha iniciado operaciones.

En el caso de KCSM, su red de 4,251 kilómetros interactúa con 18 terminales intermodales en el país, incluyendo las pertenecientes a: Multimodal Altamira, APM Terminals, Gramosa Querétaro, Hutchison Ports TILH, LC Logística, Lition, Logistik, Hutchison Ports ICAVE, Terminal Intermodal Querétaro y Grupo CICE; así como las pertenecientes a su red: Salinas Victoria, en Monterrey; Interpuerto, San Luis Potosí, y Puerta México, en Toluca.

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Ferromex, por su parte, en los más de 10,000 kilómetros que opera, cuenta con corredores intermodales domésticos y  transfronterizos en Ciudad de México, Silao, Guadalajara, Ciudad Obregón, Hermosillo, Mexicali, Monterrey y Chihuahua.

Asimismo, con los marítimos en Altamira, Veracruz y Manzanillo. Este último se coloca como el puerto con mayor movimiento de contenedores en el país, concentrando el 42.9% de la carga contenerizada registrada por la Secretaría de Marina en 2021.

A su vez, Ferrovalle opera la terminal intermodal más importante del país, ubicada en el Valle de México, con más de 500,000 maniobras al año.

De acuerdo al volumen operado, las instalaciones intermodales del puerto de Manzanillo, concesionadas a Ferromex, conquistan el primer lugar. La terminal intermodal de Pantaco, en la concesión Ferrovalle y los tres ferrocarriles principales KCSM, Ferromex y Ferrosur, ocupan el segundo lugar.

Un aporte al ambiente

El transporte intermodal ofrece más beneficios para las empresas: reducir su huella de carbono, lo que también implica un menor consumo de combustible.

Transporte Limpio explica que un tren de carga con 20 a 50 vagones, puede transportar mucha más carga por litro de combustible diesel que un tractocamión.

Agrega que el transporte intermodal es una opción atractiva para envíos de más de 805 kilómetros, toda vez que un ferrocarril emite dos tercios menos de gases de efecto invernadero por cada tonelada movilizada y kilómetro recorrido que un camión típico. Así, se ahorrarían más de 3,785 millones de litros de combustible cada año si el 10% de la carga del autotransporte se trasladara por ferrocarril.

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Señala además que los usuarios de estos servicios, los proveedores de logística y las empresas de autotransporte, pueden considerar al intermodalismo como una opción que ahorra costos y cuida el medio ambiente durante los recorridos de larga distancia.

Asimismo, las empresas pueden determinar si es apropiado para una parte de sus operaciones, pues es posible que el transporte intermodal no sea el adecuado para todas las mercancías: “Los productos urgentes pueden requerir una entrega más rápida o más flexible que la que ofrecen algunos ferrocarriles. Las mercancías sensibles a los daños pueden requerir un viaje más suave que el que proporcionan los trenes de carga”, considera.

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