Durante el segundo trimestre del año, Volvo Buses registró el pedido de 979 unidades, de los cuales 128 fueron autobuses híbridos a Bruselas y Bélgica y 49 a eléctricos articulados de alta capacidad a Jönköping, Suecia.

La armadora de origen sueco reconoció que tuvo un trimestre difícil ya que los operadores de autobuses de todo el mundo enfrentaron los más graves efectos de la pandemia. “Nuestros clientes que operan autobuses foráneos y turísticos han sido particularmente afectados con gran parte de sus flotas inactivas”, precisó Martin Lundstedt, Presidente y CEO de Volvo Group.

Sin embargo, el directivo agregó que mientras que la demanda es baja en el segmento foráneo, la transformación hacia un transporte público más sostenible continúa con una demanda estable de buses urbanos electrificados.

De hecho, en el segundo informe de resultados en 2020, Volvo Group detalló que su división de pasaje a nivel global se vio fuertemente afectada por el COVID-19, en términos generales; sin embargo, el impacto fue más limitado en el negocio de unidades urbanas. 

En comparación con el segundo trimestre de 2019, la entrada neta de pedidos de Volvo Buses disminuyó un 55 por ciento, mientras que las ventas netas cayeron un 64 por ciento, reflejando una caída en las entregas del 68 por ciento, mermadas principalmente por las restricciones que interrumpieron tanto las cadenas de suministro como la demanda, en particular para los foráneos.

Volvo Buses destacó que en este periodo presentó la nueva gama de modelos Volvo SCharge, donde la propulsión eléctrica impulsa los autobuses híbridos a velocidades de hasta 50 km/h. Esta tecnología reafirma la apuesta de la armadora por un transporte más limpio.

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