La crisis de 2020 ocasionada por la pandemia de COVID-19, causó más estragos que la de 2009, afectando no solo las operaciones e ingresos de las empresas transportistas, sino dificultando la labor del sector en contra de los retos habituales de estos negocios.

A pesar de que los indicadores económicos y las propias cifras de las compañías de autotransporte han mostrado avances, los desafíos propios de esta industria como la inseguridad y la escasez de operadores, convergen con nuevos obstáculos, tales como la crisis de semiconductores y las nuevas regulaciones fiscales.

Con casi el 60% de la población con un esquema completo de vacunación anticovid, y a pesar de que 20 entidades decidieron incrementar su nivel de riesgo en el semáforo epidemiológico en enero, el panorama respecto a la pandemia luce mejor para las empresas en general, y los transportistas hoy comienzan a mejorar sus expectativas de crecimiento en 2022, a niveles similares a los de 2019.

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No obstante, los directores de Trancasa, Ilse Fernández; de Alianza Trayecto, Jorge Casares; de Frío Express, José Ramón Medrano Muñoz; de Grupo GAL, Alejandro Vargas; de Transportes Pitic, Gilberto Palomares; Fausto Velázquez, de Transportadora Consolidada; Eduardo González, de En-trega; y de Transervicios Logísticos del Norte (TLN), Jesús Tamez; así como Antonio Rivas Barba, miembro del Consejo Directivo de Auto Express Oriente (AEO); y Arturo Sánchez, socio fundador de Autotransportes Pilot; coinciden en entrevista en que los desafíos siguen latentes.

Lograr que sea una profesión aspiracional y generar operadores profesionales son los principales retos, señala Jorge Casares, quien agrega que la fuga de este talento a Estados Unidos es muestra de que esta situación no es exclusiva de México, sino que existe en todo el mundo.

Profesionalización y escasez de operadores

El consenso entre los entrevistados es claro: el principal reto son los conductores. Tanto la escasez como la profesionalización de los mismos, por lo que promover estrategias que permitan la atracción y retención de este personal es fundamental para la continuidad de las empresas.

La directiva de Trancasa expresa que, por ello, la compañía apuesta por impulsar aquellas acciones que posicionen al sector como una actividad atractiva para las nuevas generaciones, promoviendo la calidad de vida de los colaboradores y un óptimo balance entre su vida laboral y familiar.

Añade que, por esto, la compañía que dirige se ha enfocado en desarrollar estrategias que la hagan más atractiva para los operadores, ofreciendo mejores prestaciones laborales, impulsando sus semilleros y haciendo uso de la tecnología, como empresa, para facilitar su trabajo y brindarles mayor seguridad.

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A su vez, Alejandro Vargas concuerda en que la escasez de conductores muestra un descuido en las condiciones laborales que se les otorgaban, por lo que es necesario centrarse en el desarrollo del recurso humano y brindarles mejores servicios que les permitan realizar sus labores con mayor seguridad.

Y Rivas Barba manifiesta que dignificar el oficio es la tarea pendiente en la que se trabaja en esta compañía: “Creo que la industria va caminando nuevamente a ritmo interesante y considero que necesitamos promover un mayor nivel de profesionalización de nuestros operadores”.

Por su parte, Arturo Sánchez advierte que para enfrentar esta situación es necesaria la comunión entre estos trabajadores y los empresarios para encontrar el punto que beneficie a ambos; y Jesús Tamez destaca la relevancia de tener en perspectiva la migración del personal a Estados Unidos, donde se obtienen salarios más elevados.

“Un operador en Estados Unidos gana mucho más y con menos riesgos. Tiene mejores carreteras, trabaja menos horas, tiene más facilidades, más áreas de descanso y recreación, cosa que aquí en México falta por desarrollarse”, subraya.

Medrano Muñoz, de Frío Express, indica que el desarrollo del recurso humano es un tema clave, por lo que esta flota decidió echar a andar su propio centro de formación, que pronto egresará a su séptima generación; el cual forma al colaborador durante seis meses para darle un mejor panorama de la empresa y del sector.

Inseguridad, el malestar constante

A pesar de los avances en cuestiones de seguridad carretera y en particular en el combate a los delitos en contra de transportistas, este tema sigue siendo uno de los principales desafíos del sector, ya que afecta directamente a su bolsillo.

“La seguridad es siempre un pendiente. Puede haber indicios de mejora, pero no es suficiente; las carreteras siguen siendo muy inseguras”, destaca Gilberto Palomares.

Además, las situaciones de violencia y robo en el sector afectan la plantilla de conductores, quienes prefieren cambiar a giros con menores riesgos.

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Rivas Barba, también vicepresidente de la región Occidente de la CANACAR, considera que la seguridad “es un tema que no podemos dejar fuera”, y destaca que más allá de una labor exclusiva del sector, se trata de conseguir un frente común entre la sociedad y los tres niveles de Gobierno.

“Por más lucha que estemos emprendiendo desde nuestras trincheras, tenemos que hacer una labor muy fuerte con los Gobiernos estatales, municipales y federales para tratar de volver esos corredores seguros, en donde no estén en riesgo la mercancía, los tractocamiones ni los operadores”.

Presiones inflacionarias, un obstáculo para crecer

Tras una contracción del 0.4% del PIB en el tercer trimestre de 2021, su primer tropiezo desde que comenzó su recuperación de la pandemia, el panorama en torno a la inflación también se ha visto ensombrecido, derivado de los casos de COVID-19 y los cuellos de botella en las cadenas de suministro.

Tanto en el país como en el mundo, los problemas en las cadenas de suministro y los altos niveles de precios han comenzado a frenar el crecimiento económico, lo que enciende los focos de alerta del sector productivo por la escasez y los altos costos en la adquisición de insumos.

En el caso de México, las presiones inflacionarias persisten afectando tanto al consumidor como al productor. Para este último, los principales desafíos son conseguir las materias primas, que para los transportistas se traduce en falta de unidades y autopartes y, posteriormente, que su valor no afecte sus precios.

“La inflación está pegando muy fuerte al transportista en varios aspectos”, destaca Eduardo González, de En-trega.

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En ese punto, Jesús Tamez, de TLN, expresa que los retos para el autotransporte a corto plazo son la inflación y la escasez de commodities, ya que tienen un efecto dominó que suele afectar a las demás materias primas: “Lo que más hay que cuidar en estos momentos es la solidez que tengas en todos los aspectos: financiero, laboral, de capacitaciones. Es un conjunto muy grande de varios factores que, si no se ven o no se cuidan, muchas empresas pueden desaparecer”.

También menciona como punto clave las tasas de interés vigentes, las cuales aumentaron a 5.5% luego de que el Banco de México optara por elevarlas en 50 puntos base en su última reunión del 2021, debido a las crecientes presiones inflacionarias.

“La crisis actual es muy atípica, muy diferente, porque hay escasez, va a haber un alza de tasa de intereses, no hay los capitales o no hay el exceso de financiamiento que había en otros años; las armadoras se están encontrando hoy con algo que no pasó antes: no tener camiones. ¿Qué tenemos que hacer? Adaptarnos a la situación y al momento actual”, recomienda.

Y Eduardo González complementa: se debe buscar mayor eficiencia para reducir costos. “Lo que hicimos (para enfrentar esta situación) es hablar con nuestros proveedores y solicitar las compras con una economía a escala; de esa forma, hemos logrado eficientar costos y, sobre todo, hablar con nuestros clientes y enseñarles que tenemos una inflación de doble dígito en varios de los insumos, como el combustible, el aceite y las llantas”.

Regulación fiscal y cadenas de suministro: los nuevos desafíos

Si bien la escasez de operadores y su profesionalización, la inseguridad y los temas inflacionarios son los principales desafíos que las empresas transportistas avizoran en el plazo inmediato, también las regulaciones fiscales como el complemento Carta Porte y la crisis en las cadenas de suministro son elementos que no dejan de observar como un riesgo.

En este sentido, Jorge Casares destaca que la cadena de suministro, tanto en México como en el mundo, enfrenta una situación compleja derivada de la pandemia, y eso conlleva muchos retos, al igual que oportunidades para hacer frente a esta situación.

“Hay plantas detenidas y que tienen paros no programados, el costo de esta cadena de suministro se ha visto impactado de manera impresionante. Contenedores que viajaban de Asia a América, en 1,500 dólares, ahora cuesta 12,000 o 14,000 dólares el flete. Hay muchas áreas de oportunidad, muchos retos en la cadena de suministro”, destaca.

Por otro lado, ante la entrada en vigor el 1º de enero de 2022 de la obligatoriedad de los Comprobantes Fiscales Digitales por Internet (CFDI) con complemento Carta Porte, siguen vigentes las preocupaciones e inquietudes de los transportistas, generadores de carga e intermediarios, surgidas de las actualizaciones a la Resolución Miscelánea Fiscal para 2021.

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Esto preocupa a los transportistas, pues al no tener aún claras las reglas del juego, se enfrentan a la comisión de errores o a situaciones de incumplimiento; además de que hasta el momento, y desde su punto de vista, la conformación de los lineamientos tiende a complicar la operación y actividad diaria de los negocios.

“Definitivamente, la complemento Carta Porte va a complicar el transporte transfronterizo”, apunta el director de Fletes Sotelo, quien considera que la implementación de éste “es la peor problemática que ha enfrentado el transporte en los últimos años”, ya que como está estructurada actualmente, dificulta aún más la actividad de los transportistas, en lugar de facilitar el cumplimiento de las disposiciones fiscales.

En este aspecto, Alejandro Vargas, de Grupo GAL, coincide en que es un reto para el sector atender esta regulación, y no descarta su impacto: “Es un tema complejo, pero lo tendremos que resolver. Es una situación que la cumples o la cumples; y eso afectará al mercado, porque la gente que no tenga la tecnología o el desarrollo para poder cumplir con la norma, va a empezar a tener problemas”.

Mientras que para Fausto Velázquez, de Transportadora Consolidada, esta nueva regulación fiscal debe ser vista como una necesidad que los transportistas deben cumplir, incluso antes del plazo señalado, para evitar problemas en su implementación y las multas que podrían derivar de un incumplimiento o una implementación deficiente.

“No debe ser parte de nuestra conversación cumplir con una normativa; debemos tener la capacidad de adaptarnos rápido a eso. Quien hoy no lo está haciendo, tiene un gran riesgo. Las multas son enormes, y pueden ponerte en jaque mate”.

Los desafíos, destacan los entrevistados, no son del todo nuevos; sin embargo, la situación actual pone sobre la mesa la necesidad de seguir avanzando en ellos para beneficio de todo el autotransporte.

Puedes consultar este reportaje completo en nuestra edición de febrero: