Después de una fase de suspensión de actividades, causada por la pandemia del COVID-19, las plantas de Mercedes-Benz en Untertürkheim, Berlín, Hamburgo, Sindelfingen y Bremen, Alemania, han reiniciado con éxito la producción de automóviles.

Mercedes-Benz anunció que la reanudación de la fabricación, también implica un amplio paquete de medidas implementadas para evitar la propagación del Coronavirus. Éstas incluyen normas de higiene y limpieza, mantener una distancia mínima de seguridad de 1.5 metros y el uso de máscaras que cubren la boca y la nariz en la línea de producción.

“La flexibilidad de nuestras plantas es uno de nuestros temas estratégicos centrales en la producción y nos ayuda en esta fase de reinicio. Nuestra primera prioridad es contener la propagación de la pandemia de COVID-19 y proporcionar un entorno de trabajo seguro para nuestros empleados y proveedores. Estamos produciendo de conformidad con amplias medidas de seguridad y estamos aumentando nuestra producción paso a paso”, compartió Jörg Burzer, miembro del Consejo de Administración de Mercedes-Benz AG, y responsable de Gestión de Producción y Cadena de Suministro.

Mercedes-Benz precisó que el 4 de mayo, la planta de automóviles en Rastatt, Alemania, también se reiniciará gradualmente. Las sedes en Kölleda y Arnstadt, también en territorio teutón, así como las fábricas internacionales de automóviles reanudarán la producción paso a paso. Estos incluyen: Sebes / Cugir, Rumania; Kecskemét, Hungría, y Tuscaloosa, Estados Unidos.

La armadora reconoció que aplica arreglos específicos en cada país, siguiendo las recomendaciones de las autoridades internacionales, nacionales y locales. La administración de Daimler está monitoreando la situación constantemente y tomará más medidas según sea el caso.

Con este regreso a la producción, Mercedes-Benz continuará con su iniciativa de productos eléctricos, siendo China su mayor mercado de ventas, donde la compañía está experimentando un aumento significativo en la demanda nuevamente.

Cabe recordar que Daimler decidió suspender la mayor parte de su producción, así como el trabajo en áreas administrativas seleccionadas en Europa por un periodo inicial de dos semanas (del 23 de marzo al 5 de abril de 2020). Esto fue seguido por la implementación de jornadas reducidas de trabajo en Alemania a partir del 6 de abril. Este esquema de trabajo, precisó Mercedes-Benz en un comunicado, afecta a las plantas de automóviles, vanes y vehículos comerciales del grupo en Alemania.

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