Para elevar la vida útil de los neumáticos los especialistas recomiendan además de verificar la fecha de producción, tomar en cuenta otros indicadores como la presión de inflado, pues una llanta vieja o con presiones incorrectas puede causar graves accidentes.

Adicionalmente deben considerarse los siguientes aspectos: tracción, desgaste, máxima capacidad de carga por llanta, rango de velocidad, resistencia a la temperatura y tamaño.

Con un control adecuado de las llantas, las pequeñas y grandes flotas elevan el rendimiento o desempeño del producto, al igual que la seguridad de sus operadores y de sus cargas, ya que una llanta desgastada es propensa a reventarse durante el trayecto. Para evitarlo, los fabricantes han establecido criterios para el cuidado y mantenimiento de las mismas.

¿Qué hay que considerar?

Es fundamental tomar en cuenta que todo producto elaborado con el compuesto de hule, a través del tiempo y por efecto del ozono en el medio ambiente, sufre una degradación (envejecimiento) a los cuatro años, por lo que las llantas sí tienen una fecha de caducidad y ésta se determina a partir del código del Departamento de Transporte (DOT por sus siglas en inglés). Éste se encuentra en el costado de la llanta, ahí se pueden identificar los cuatro dígitos que indican la semana y el año de fabricación. Por ejemplo, si la cifra es 0713 significa que fue elaborada en la séptima semana, es decir, en febrero del 2013, ya que la segunda cifra representa el año. Por lo tanto, para el 2017 la llanta habrá caducado y dependiendo del estado en que se encuentre, ésta puede ser renovada para extender su ciclo de vida.

Fuente: Michelin.

Al igual que la fecha de fabricación, la presión de inflado también viene indicada por el fabricante a un lado del rin, por lo que no se debe dejar en manos de los encargados de las estaciones de servicio calibrar las llantas. Dependiendo del modelo o diseño, es como se establece la máxima presión a la que deben ser infladas.

Incluso es una costumbre “aceptada” mantener los neumáticos unas cuantas libras por debajo de la presión máxima, aunque a menor nivel se incrementa la temperatura que, combinada con una alta velocidad, genera más calor, lo cual provoca daños al neumático. De hecho, algunos especialistas recomiendan calibrar los neumáticos en frío, para tener un mejor nivel de presión.

Cuidados que mejoran el rendimiento

Muchas veces, a algunos transportistas les resulta cómodo sobrecargar los vehículos excediendo así los límites permitidos por la Norma de Pesos y Dimensiones. Pero, ¿se ha puesto a pensar en el daño que esto provoca al camión y desde luego, a los neumáticos? Si no lo había considerado, es importante que tome conciencia de las consecuencias, pues no solo corre el riesgo de ponchar una llanta, sino de causar problemas más serios como un accidente de graves consecuencias.

Cuando acuda a comprar una llanta, debe fijarse en los símbolos que aparecen en ésta, como puede ser P 265/60 R 18. Esta especie de fórmula nos indica que se trata de una llanta para pasajeros (P), el 265 señala el ancho que tiene el producto en milímetros, el número 60 es la relación de la altura con el ancho del neumático, es decir, 60%; la letra R especifica que es una llanta radial y el 18 representa el tipo de rin.

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De modo que en la próxima compra tendrá más claro qué llanta usa su vehículo, así como las características que debe cubrir de acuerdo con el tipo de ruta, carga, y número de kilómetros, por mencionar algunos detalles.

Como se mencionó anteriormente, la velocidad es un factor que juega un papel preponderante en el cuidado que debemos darle a los neumáticos, toda vez que el calor que genera la llanta al contacto con el pavimento, puede afectar su desempeño y durabilidad. En consecuencia, los productores también han especificado el rango de rapidez al que debe transitar el vehículo, mismo que viene señalado con una letra junto al índice de carga.

El Código UTQG

433016_35889902Conocida en español como Calificación Uniforme de Calidad para una Llanta (UTQG) fue establecido por la National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA) para probar las llantas siguiente métodos de prueba preescritos por el Gobierno de Estados Unidos y después califica cada llanta en los tres aspectos:

Desgaste del piso: seguramente uno de los aspectos que más interesa al transportista es el relativo a la durabilidad, la cual dependerá tanto de los grados que estima el productor de llantas, como del mantenimiento y los cuidados a los que se someta.

De esta manera, si en su neumático observa la leyenda Treadwear seguida de un número como 400 o 200, la cifra indica el grado de desgaste de la llanta, y es comparable solo entre otras llantas dentro de la misma línea de un fabricante. Por ello, una llanta con grado 200 duraría, teóricamente, el doble que una llanta con grado 100 en una pista especificada por el Gobierno de Estados Unidos.

Tracción: los grados de tracción son AA, A, B y C (siendo AA el más alto). Estos grados representan la capacidad de la llanta para detenerse sin girar en pavimento mojado y se miden en una pista especificada por el Gobierno de EE.UU. Cualquier llanta con grado menor que C se considera inaceptable para su uso en las calles.

Temperatura: los grados de temperatura, de mayor a menor, son A, B y C, es decir, caliente, normal o fría, respectivamente. Estos grados representan la capacidad de la llanta para disipar el calor bajo condiciones de prueba en espacios cerrados. Cualquier llanta con grado menor que C se considera inaceptable.

Fuente: Michelin.