La entrada de neumáticos asiáticos de baja calidad y de estadounidenses usados, son situaciones que han influido para que el factor de renovabilidad en nuestro país se mantenga estancado, es decir, que por cada llanta nueva que se compra en México, solo hay 0.55 llantas renovadas circulando; cifra que nos coloca muy por debajo de los países más desarrollados en el uso de este procedimiento. En Europa, el índice es de 1.2, en Estados Unidos 1.4 y en Brasil 2.0.

El problema es que la mayoría de estas llantas no tiene la calidad necesaria para extender su vida a través de un renovado, y al final, se convierte en un ahorro mal entendido que pone en riego la estabilidad de una industria bien establecida, que genera empleos, cumple con sus responsabilidad fiscales, promueve el fortalecimiento de la economía mexicana y representa una opción viable para que las flotas administren mejor sus recursos.

Conscientes de esta problemática, las empresas renovadoras se unieron a través de la Asociación Latinoamericana de los Renovadores de Llantas (ALARNEU), la cual tiene el objetivo de exigir a los gobiernos que establezcan mecanismos para impedir que las llantas importadas de baja calidad sigan causando estragos en los mercados latinoamericanos.

“No estamos en contra de las importaciones, pero sí es necesario que las autoridades apliquen estándares técnicos que garanticen la calidad de las llantas que entran”, preciso Jean Barros, Coordinador Comercial de Vipal.

Agregó que este tema y las medidas que se tomarán al respecto, serán discutidas por la ALARNEU, a la par del Congreso de Andellac los primeros días de octubre en Cancún, Quintana Roo.