La pandemia llegó para cambiar al mundo, y uno de sus efectos son los incrementos exponenciales de los fletes marítimos, con alzas que incluso superan el 600% anual, como es el caso de la ruta Shanghai-Rotterdam, de acuerdo con el Índice mundial de contenedores de Drewy. Este servicio de transporte de carga vive desajustes en la oferta y la demanda que generan sobrecostos, y la ruta hacia el equilibrio no se ve próxima.

Ricardo Rochman, director General de Weport, expone que el consumo de la población tuvo un despertar agresivo, impulsado por el eCommerce: “Ya que pasan los cuatro meses más delicados de la pandemia, del cierre de las fábricas (…) las personas ahorraron y empiezan a consumir de una forma desorganizada, empiezas a pedir cosas que ante no pedías por internet”.

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Esta ola llegó a las navieras, empresas que después de permanecer tres meses dormidas, a partir de julio de 2020 deben atender la demanda generada por las compras desproporcionadas, las cuales derivaron en el aumento de la producción manufacturera y una mayor demanda de insumos, movimientos acelerados que no cumplen con el ciclo del transporte marítimo que ya se conocía, y desatan un desbasto de contenedores.

Los fletes realmente comienzan a subir a partir de octubre de 2020, a niveles cercanos a los 6 mil dólares y con una pelea de espacios en buques –porque muchos tenían contagios de covid, estacionados para que la tripulación sanara–, y las navieras se dan cuenta que pueden subir precios y los clientes los pagan”.

¿Cuál es la ruta de los fletes marítimos?

El especialista expone que entre enero y mayo de 2021 entraron en circulación nuevos contenedores marítimos, sin embargo, las navieras mantienen los niveles de sus fletes. “Es un hecho que vienen nuevos buques a circulación, tal vez para el tercer trimestre del año, pero las navieras difícilmente van a querer bajar los costos, porque ya tienen asegurada la temporada”, estima.

Lo que sí se espera es que las compras ya no sean de impulso, es decir, que haya una proyección y visibilidad, hecho que permitirá tener procesos logísticos más planeados para las rutas, y con ello vendrán menores precios navieros. La previsión es que haya un equilibrio entre el primer o segundo trimestre de 2022, expone Ricardo Rochman.

Los efectos

El Director General de Weport refiere que con la pandemia el transporte marítimo carece de una estabilidad en los itinerarios, ya que antes un booking (reserva de un espacio dentro de los contenedores) tardaba máximo 24 horas en confirmar, y hoy la demora puede ser de una a dos semanas.

Esta inestabilidad en los tiempos y rutas, en el caso específico de los envíos realizados por mar en la región del T-MEC, desde Canadá y Estados Unidos hacia México, le ha restado atractivo al transporte marítimo, para sumar puntos en la carga terrestre: servicios de autotransporte y ferroviario.

Me voy terrestre, llego en una tercera parte del tiempo, tal vez van a pagar un poco más caro, pero tengo seguridad sobre los tiempos de tránsito, tengo seguridad sobre las rutas”.

Industrias que están muy acostumbradas al transporte marítimo en Norteamérica (Estados Unidos y Canadá), con esta inestabilidad del mundo marítimo, hoy por hoy están buscando el transporte multimodal, ferroviario y el autotransporte”.

Adicional al efecto en la logística, se prevé que los elevados fletes marítimos de viajes provenientes de Asia, principalmente de China, deriven en incrementos en los precios de insumos y productos terminados que se comercializan en la región.

Al respecto Ricardo Rochman comenta que, “se vienen números de inflación bastante delicados y se viene una escasez de productos que no sean de primera necesidad o de competitividad de comercialización, y por ende van a tener más lenta la demanda”.

Sin embargo, el especialista detecta oportunidades para México, ya que muchas industrias van a voltear a ver a otros países, empresas van a desaparecer en China y el sureste asiático, porque van a perder la competitividad, y México junto con otras economías en vías de desarrollo podrán incrementar su presencia en la manufactura.

Es la oportunidad de oro, porque los chinos perdieron la competitividad en costo –que antes era uno de sus únicos valores agregados–, y de pronto ya es muy caro importar desde China. Entonces, iniciará la búsqueda de otros países que puedan competir con la mano de obra y con una tecnología medianamente similar”.

Así es como la pandemia trastoca al transporte marítimo, medio que moviliza el 80% del comercio mundial, y en el caso de México se ha encargado de mover el 26% del valor de las exportaciones e importaciones realizadas en los primeros cuatro meses de este 2021.