El brote de la pandemia de Coronavirus COVID-19 ya ha afectado a compañías de todo el mundo. En México, el 94.16% de las micros, pequeñas y medianas empresas han tenido impactos negativos debido a la emergencia sanitaria y la falta de una política económica agresiva, de acuerdo con un reporte de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin). 

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La International Chamber of Commerce (ICC) Capítulo México explica que, independientemente de que las operaciones de las empresas ya se hayan visto considerablemente afectadas o que el impacto aún no se sienta, la continuidad del negocio es esencial para garantizar la mayor resiliencia posible en esta crisis de salud global.

Las empresas deben concentrarse en aquello que pueden controlar. La preparación es un factor fundamental para determinar la probabilidad de que la compañía permanezca a flote. Si aún no lo han hecho, es imperativo que implementen un plan para mantener la continuidad del negocio”.

ICC Capítulo México

Las empresas pueden desempeñar un papel importante en la lucha contra la propagación del COVID-19, pero se verán inevitablemente afectadas tanto por el propio virus como por las medidas de salud pública adoptadas para limitar sus efectos, explica el organismo que representa a más de 45 millones de empresas a nivel global en más de 130 países.

Tener un plan minimizará el impacto en la actividad de las empresas y mejorará su capacidad de recuperación.

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De acuerdo con Alberto Modiano, VP en Cadena de Suministro de Nestlé, este plan de continuidad de negocio debe desarrollarse por escrito, y deben preverse escenarios o las situaciones más factibles a ocurrir.

Tenemos que preparar y trabajar en un plan desde tiempo antes, cuando podamos ver qué escenarios se presentan. Hoy por hoy decir: ‘¿cómo voy a hacer un plan si esto ya pasó?’. Claro, ya pasó una parte, pero puede volver a ocurrir. Hoy tenemos que ser muy flexibles y adaptativos, y solo estamos siendo reactivos”, manifestó. 

Alberto Modiano, VP en Cadena de Suministro de Nestlé

Los pasos

ICC sugiere sugiere cuatro principios clave: Planificar, Adaptar, Monitorear y Evaluar (PAME).

En el primer paso, se trata de crear un grupo de trabajo dedicado a la preparación de las empresas ante una pandemia. La creación de un equipo de personas que pueda centrarse en el impacto del COVID-19 mejorará la capacidad de recuperación de la empresa.

En el momento en que los empresarios empiecen a notar cualquier impacto, es esencial que adapten todas sus operaciones para garantizar la continuidad del negocio.

A medida que evolucione la pandemia, deberán monitorear las recomendaciones de salud pública, así como los programas de apoyo gubernamental para las empresas y sus empleados. Así como todos los indicadores clave de desempeño de su operación para identificar posibles desviaciones contra los objetivos.

Además, consultar con frecuencia fuentes acreditadas sobre restricciones de movimientos de mercancías, horarios cerrados de viaje y suspensión de servicios de transporte público que podrían tener un impacto directo en las empresas. 

Debido a la naturaleza cambiante de la pandemia, es necesario que las empresas evalúen constantemente su plan de continuidad del negocio y que lo modifiquen según sea necesario.

La ICC Capítulo México asegura que seguir los principios PAME ayudará a proteger tanto a empleados, como a clientes y comunidades locales, y a la larga a mantener las empresas a flote durante este histórico periodo.

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