Lograr proyectos bancables, financiables y técnicamente viables para el transporte público es el reto más importante que enfrenta este sector, el cual impacta especialmente a las ciudades medianas del país, señaló Dennis Quennet, Director de Ciudades y Transporte Sustentable de la Cooperación Alemana al Desarrollo Sustentable en México (GIZ México).

El experto compartió que si bien los problemas derivados del impacto de la COVID-19, que redujo marcadamente la demanda de este servicio, afectan a todo el país, es en estas ciudades que la recuperación supone un mayor desafío.

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Dennis Quennet agregó que, en contraste, las grandes zonas metropolitanas del país tienen excelentes capacidades técnicas para transformar al transporte público, como ya sucede en las zonas metropolitanas de Guadalajara y Monterrey: “Ahí vamos a tener los primeros avances”, dijo.

Sin embargo, alertó que son muchas ciudades medinas en México, tanto en cantidad y la población que la conforman, que tienen una situación de financiamiento más complicada para atender este tema.

En entrevista para TyT, Quennet aclaró que GIZ México no tiene entre sus acciones el brindar financiamiento a las ciudades, sino compartir experiencias y brindar asesoría para mostrar dónde están los caminos para el acceso a esos recursos.

Lo que hacemos es brindar la asistencia técnica para que el financiamiento suceda. Nuestra meta es apoyar a los que necesitan el financiamiento, que en el tema de transporte son mucha gente”.

Y si bien el papel de este organismo es abrir la puerta para que transportistas, empresas y los Gobiernos conozcan cómo renovar su flota, Dennis Quennet  econoció que cada acción y cambio, sea en la infraestructura o parque vehicular, cuesta dinero y actualmente es una época en la que no hay mucho.

El líder de la unidad de Ciudades y Transporte Sustentable de GIZ México señaló que este sector, que ya enfrentaba retos desde antes de la era COVID-19, necesita otro enfoque, ser más limpio, eficiente y seguro: “Ahí estamos trabajando en optimización a través de instrumentos digitales y hemos iniciado procesos de electromovilidad en algunas zonas metropolitanas de país”, compartió el entrevistado.

La meta, dijo, es que transformar al transporte público que cuente con mayor demanda  y que más mexicanos puedan acceder a un servicio limpio, eficiente y seguro.

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Tres ejes de acción

Además de trabajar en la optimización del transporte público, la Ciudades y Transporte Sustentable basa su labor en otros dos ejes de acción. Uno de ellos es el transporte de carga y la logística urbana.

Dennis Quennet.

Sobre el tema, Quennet explicó que GIZ México es consciente de que la antigüedad de la flota es alta, generando impactos al medio ambiente: “Ahí estamos apoyando, en conjunto con la Cooperación Financiera Alemana, los modelos para renovar esas flotas, pero también cómo ser más eficiente a través de capacitaciones para quienes lo conducen”, reveló.

El tercer eje es la planeación urbana y la movilidad no motorizada, donde se centran en promover los modos de transporte que no contaminan y que los usuarios de las vías utilicen menos sus automóviles particulares.  

Somos una de las pocas organizaciones internacionales en México que atiende los tres puntos y que no se queda solamente en el transporte de personas, nosotros también queremos lograr avances en el transporte de mercancías por el co-beneficio en el sector”, dijo.  

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GIZ es una iniciativa impulsada por el Gobierno federal alemán para la ejecución de los proyectos de la cooperación internacional. Hoy, este modelo tiene presencia en 120 países, incluido México.

Mis antecesores se enfocaron en este tema, en el de la gestión ambiental urbana, en Uno de sus enfoques es el desarrollo de transporte sustentable como un reto global, no solo mexicano o alemán: “En esa filosofía de cooperación integral no podemos ver la ciudad sin el transporte, pero tampoco podemos ver el transporte sin la ciudad”.

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