Las Asambleas de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y de BID Invest aprobaron la creación de reformas institucionales en el BID en las que proponen un nuevo modelo de negocio,así como aumentar el financiamiento para el sector privado en América Latina y el Caribe.

Estas medidas permitirán dar paso a BID Invest 2.0, un nuevo modelo de negocio que impulsará la labor conjunta con inversionistas y empresas en toda la región de América Latina y el Caribe para generar proyectos de mayor impacto, reducir los riesgos para la inversión del sector privado y emplear nuevos instrumentos financieros y técnicos para atraer más inversiones.

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Con esto, se espera acelerar un crecimiento incluyente y sostenible al fortalecer las sinergias entre los sectores público y privado, además de asegurar que se brinden las mismas oportunidades a las mujeres en ámbitos como la educación, los negocios y la justicia.

BID Invest 2.0 se formulará en los próximos seis meses y se presentará para la aprobación de los Directorios Ejecutivos de otoño junto con la propuesta de aumentar el capital e impulsar un financiamiento verde.

Este modelo trabajará de manera más estrecha con el BID, que también dispondrá de nuevos instrumentos para colaborar creativamente con los países miembros prestatarios y apoyarlos, a fin de propiciar entornos de negocios que atraigan la inversión y permitan la generación de empleos.

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El nuevo enfoque contempla también que BID Lab pase de ser un laboratorio de innovación a convertirse en centro (hub) de innovación, de tal modo que pueda ampliar el impacto de los proyectos del sector privado y aprovechar su capacidad para asumir riesgos a fin de llevar a cabo una labor experimental en sectores de frontera e invertir en proyectos en etapas tempranas.

De acuerdo con Mauricio Claver-Carone, presidente de la reunión anual de BID, debido al impacto económico ocasionado por la pandemia de COVID-19 la región enfrenta una inflación al alza, mayores tasas de interés en todo el mundo, además de preocupaciones de índole geopolítica, por lo que es necesario movilizar recursos públicos y privados encaminados al crecimiento económico.

Este no es el fin, sino verdaderamente el inicio de nuestra singladura en apoyo de nuestros países miembros, en nuestro empeño por convertir al BID en el modelo de referencia en cuanto a excelencia operativa. Nuestra región se lo merece.

Mauricio Claver-Carone, presidente de la reunión anual de BID.

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La pandemia sumó a millones de personas en la pobreza y ocasionó retrocesos en igualdad, en especial para las mujeres, que minaron los avances logrados en los últimos 10 años. Además, en 2020 la región sufrió el peor colapso económico de los últimos 200 años y, en un principio, registró las tasas de mortalidad por COVID-19 más altas del mundo, según señaló BID.

De modo que, todos estos nuevos enfoques, aunados a planes para abordar de forma más ambiciosa el cambio climático y la desigualdad de género, ayudarán a la región a hacer frente a sus cambiantes necesidades de desarrollo, reducir la pobreza y proteger a las personas más vulnerables.

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