La International Road Transport Union (IRU) estima que el golpe por el brote del Coronavirus COVID-19 supone una caída significativa en los envíos intercontinentales de contenedores, lo que implica una disminución en la actividad global del autotransporte de hasta un 20% en 2020, dependiendo de cuánto tiempo continúe la situación. 

El organismo internacional –con representación en más de 100 países, incluyendo a México– señala que este descenso en la actividad de este sector podría conducir a una pérdida global en los ingresos de los operadores por dos billones de dólares.

La IRU alerta que casi el 6% de todas las personas con empleo en todo el mundo trabajan en el autotransporte, gran parte de ellos en pequeñas y medianas empresas que, debido a su tamaño, no pueden hacer frente fácilmente a las conmociones externas, como los impactos económicos de COVID-19

Si bien todavía no se conoce la escala completa del Coronavirus, la IRU estima que el brote continuará impactando seriamente a la economía global, el comercio y el turismo en las próximas semanas –incluso meses–, afectando también al autotransporte, las cadenas de suministro y la movilidad.

Leer: Golpe de Coronavirus al comercio exterior será más visible

Acciones inmediatas

Para mantener el funcionamiento del sector, la IRU hizo un llamado a los Gobiernos, así como a los bancos e instituciones financieras, para que tomen varias medidas temporales para ayudar a aliviar la carga de la crisis sobre los operadores:

  • Flexibilizar normas de conducción y tiempo de descanso para garantizar una logística eficiente para los bienes críticos (alimentos y suministros médicos) y permitir que los conductores abandonen las regiones afectadas o las zonas de cuarentena lo más rápido posible.
  • Facilitar los plazos de préstamo e hipoteca de las instituciones financieras, especialmente para préstamos para vehículos grandes, y los plazos de pago de IVA e impuestos. 
  • IRU solicita eliminar o reducir los peajes y los cargos a los usuarios de la carretera que viajan en camiones y autobuses. 
  • Establecer programas de apoyo para trabajadores de autotransporte temporalmente desempleados.
  • Evitar medidas unilaterales por parte de las autoridades pertinentes para facilitar el transporte transfronterizo de bienes.
  • Proporcionar programas de ayuda financiera de emergencia para las empresas afectadas para evitar quiebras. 

Al respecto, Umberto de Pretto, Secretario General de la IRU,  destacó que mantener abiertas las cadenas de suministro de autotransporte y las redes de movilidad es crucial para ayudar a todos a hacer frente a la pandemia de COVID-19 en las próximas semanas.

“Para hacer esto, necesitamos proteger a los trabajadores y las empresas, que son la columna vertebral del autotransporte, y mantener los enlaces de transporte abiertos donde sea y durante el mayor tiempo posible en las áreas afectadas para que los bienes esenciales puedan llegar a donde necesitan”, precisó el directivo de la International Road Transport Union.

La IRU recalcó que la industria del autotransporte está haciendo todo lo posible para hacer frente a una situación difícil, con normas y restricciones que cambian rápidamente y con frecuencia de manera desordenada o descoordinada. Sin embargo, toma en serio su responsabilidad social de seguir operando lo mejor que pueda en la crisis.

IRU y su red de miembros continúan monitoreando la situación en las regiones y a través de las fronteras, asesorando a las compañías de transporte sobre cómo enfrentar la pandemia y sus impactos. La International Road Transport Union ha implementado planes de crisis y continuidad, incluidas medidas preventivas para proteger al personal. 

En México, la IRU está representada por la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (CANACAR) y la Cámara Nacional del Autotransporte de Pasaje y Turismo (CANAPAT).