Aún con la pandemia como la principal amenaza que frena la recuperación de la demanda de autotranposte de pasaje, llega un 2021 retador que exige a los transportistas cambiar la forma de hacer negocios para no obtener los mismos resultados que en el pasado, afirma Nicolás Rosales Pallares, presidente de la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM)

En el momento más crítico de la emergencia sanitaria, la demanda de transprote de pasaje cayó cerca de 80 por ciento; ahora, entre una segunda ola de contagios de COVID-19, el descenso es de 45 por ciento, mientras que se estima que la recuperación tardará en llegar entre 1.5 y dos años. Claro, con sus bemoles. 

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En entrevista para TyT, quien también es integrante del Comité Ejecutivo de la Unión Internacional de Transporte Público, división América Latina (IUTP), expuso que mientras no haya inmunidad contra el SARS-CoV-2 en la mayoría de la población, la recuperación será lenta, pues la gente no saldrá a la calle, no como en el pasado, por miedo a los contagios. 

Habrá personas que cambiarán su residencia y muchos colaboradores no regresarán a sus sitios de trabajo, pues el home office llegó a algunas empresas para quedarse; de tal forma que se estima que al tercer trimestre de 2020 se registró la pérdida o reconversión de 200,000 metros cuadrados de oficinas en la Ciudad de México. Esto, explica Rosales Pallares, influirá en que la recuperación de la demanda de transporte de pasaje no llegue al 100 por ciento.

Momento para la transformación 

En 2020, el Producto Interno Bruto (PIB) del país vivió su peor caída desde la Gran Depresión de 1932, y el virus SARS-CoV-2 atacó a más de un millón 300,000 personas, causando más de 118,000 defunciones. En 2021 viene un proceso de recuperación económica y la esperanza de acceder a la inmunidad, lo cual debe estar acompañado de una forma diferente de hacer las cosas, asegura el presidente de la AMTM.

El transporte público ya traía un rezago importante, y con la pandemia es más que evidente. Hay flotas con más de 20 años de vida útil que ya no tendrían que estar circulando. Son vehículos obsoletos, contaminantes y con falta de tecnología”.

Nicolás Rosales Pallares, presidente de AMTM.

Desde la AMTM, explica, se ha coadyuvado para que los hombres-camión se conviertan en empresas de transporte. En un lapso de ocho años se ha conseguido cambiar unos 4,300 microbuses en malas condiciones a un formato de empresas de transporte, el cual mantiene circulando a cerca 1,500 unidades modernas y en buen estado.

La visión de Rosales Pallares es provocar cambios de raíz e integrales, que incidan en un negocio rentable a largo plazo. Para ello, considera que se debe hacer una conversión, donde el hombre-camión migre hacia una economía de escala.

Se trata de unir fuerzas para renovar flota, acceder a la capacitación, conocer cómo opera una empresa de transporte de pasaje y dar el paso hacia la formalización. 

A esto se suma la capacitación en todos los niveles y esquemas que requiere una empresa; es decir, capacitación en la operación, administración y mantenimiento, por mencionar algunas áreas, recomienda el especialista con más de 37 años de experiencia en transpote público.

Otro punto a reconsiderar, por parte de los Gobiernos, es la creación de más asociaciones público-privadas y abordar de forma seria la aplicación de subsidios, con reglas de operación transparentes, así como incentivos fiscales y financieros, temas ante los que las autoridades se muestran renuentes.

Se tiene la mala impresión de que se subsidia al dueño de la empresa, al rico, para que siga teniendo su transporte, y no es así; se subsidia la operación para que no dejes de tener un servicio de calidad”. 

Nicolás Rosales Pallares, presidente de AMTM.

Otro cambio que debe darse es en las tarifas. El presidente de AMTM expone que, para poder invertir en flota o en la profesionalización de las empresas, se necesitan recursos, y cuando el servicio de transporte de pasaje es concesionado —como pasa con el hombre-camión — se vive de la tarifa, lo cual complica hacer inversiones a gran escala o pensar en unidades de alta tecnología, como las eléctricas. 

En este punto, Rosales Pallares reconoce que el cobro de las tarifas es un asunto que debe revisarse, de acuerdo con las necesidades específicas de cada localidad: “El tema de movilidad y transporte es local, no hay una política federal que regule. Hay 32 marcos normativos, hay 32 maneras de hacer transporte y cobrar. Es muy complicado”, expresa. 

Perspectivas de AMTM

Tan solo en los primeros tres meses de la pandemia, se estima que el autotransporte de pasaje tuvo una pérdida de 3,300 millones de pesos, como resultado de las restricciones a la movilidad y distanciamiento social.

La baja en la demanda tiene al borde de la muerte a las pequeñas empresas de transporte de pasaje, mientras que, a las más estructuradas, las obligó a modificar sus horarios, uso de la flota y operación en busca de su supervivencia.   

El empresario, socio del Corredor Insurgentes, expone que una vez superada la crisis sanitaria y recuperada la economía, los transportistas deberán adaptar su operación a una menor demanda y, al mismo tiempo, atender las necesidades de calidad y modernización en el servicio a los usuarios. 

“Cuando haya posibilidades de recuperación económica, la modernización de la flota será importante por la cuestión de costo-beneficio y ¿qué tipo de unidad vas a meter?”, pregunta.

Nicolás Rosales Pallares, presidente de AMTM.

Las empresas transportistas se enfrentan a la baja disponibilidad de Diesel Ultra Bajo Azufre (DUBA) y a la falta de certidumbre por parte de las autoridades para definir la fecha en que estará garantizado su abasto en todo el país, lo cual les impide trazar sus planes de renovación vehicular con tecnología avanzada, Euro VI y EPA 10. 

Adicionalmente, para ver un mayor número de unidades pesadas eléctricas en el transporte de pasaje, se requiere un modelo de operación distinto al actual, en el que intervienen dos participantes: uno compra y el otro opera la flota. Éste es otro cambio que se tiene que provocar para acelerar el paso a un servicio cero emisiones en la economía número 16 del mundo.  

Así es como la pandemia restringió la movilidad y, paradójicamente, obliga a las empresas a moverse hacia nuevos esquemas que las lleven a cumplir sus objetivos de crecimiento, financieros y tecnológicos.

Por ello, el presidente de AMTM sostiene que 2021 es una etapa de retos, de recuperación para las personas y para las ciudades. 

El 2021 es un año para hacer las cosas de una forma diferente, no podemos seguir con la misma manera de operar el transporte público, de comportarnos en la vía pública y de operar los distintos negocios, porque vamos a tener los mismos resultados que hasta ahora”. 

Nicolás Rosales Pallares, presidente de AMTM.

Responsabilidad compartida

En la era COVID-19, el transporte público no solo implica la responsabilidad de ofrecer un servicio adecuado en limpieza, calidad y seguridad, ya que desde marzo pasado se implementaron medidas sanitarias para cuidar la salud de los usuarios.

Sin embargo, esta responsabilidad es compartida, pues los pasajeros deben usar el cubrebocas, guardar sana distancia y no aglomerarse en las terminales y dentro de los vehículos. En este contexto, el presidente de la AMTM invita a la población a que cumpla con los lineamientos, se eviten más contagios y, con ello, se reactive la economía del país.