La pandemia se mantiene como el principal factor de riesgo que amenaza el crecimiento de la economía, pues las previsiones apuntan a un alza de entre 3.8% y 4.5% para el Producto Interno Bruto (PIB) de 2021.

Este moderado incremento llega después de una profunda caída en el año pasado, que se estima será cercana a 9.0 por ciento. Analistas coinciden en que el impulso estará apoyado en la demanda exterior y en una mejora en el consumo. 

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Si bien en el mundo existen distintas vacunas que han demostrado ser exitosas contra el COVID-19 y el Gobierno de México anunció un plan de vacunación cuya meta es generar inmunidad en 75% de la población de 16 años o más, aún se desconoce si se cumplirá con el objetivo, así como la evolución del virus.

También es destacable la llegada al poder de Joe Biden, el demócrata que busca fortalecer la manufactura en Estados Unidos, y quien se prevé pondrá lupa al capítulo 23 en materia laboral del T-MEC. 

Con la finalidad de exponer un panorama más amplio de las expectativas para la economía del país, así como de los factores internos y externos que influirán en la dinámica de las actividades productivas, TyT muestra la óptica de tres expertos pertenecientes a Barclays, Banco BASE e Intercam Grupo Financiero.

Alejandra Marcos, directora de Análisis y Estrategia de Intercam Casa de Bolsa, declaró que el Grupo Financiero prevé una recuperación del PIB nacional de 4.0% anual para este año, derivada de un fuerte impulso proveniente de la demanda externa, liderada por el crecimiento en Estados Unidos. 

El principal riesgo que amenaza la ruta de crecimiento de la economía de México, explicó, es que la segunda ola de contagios por COVID-19 se extienda más allá del invierno, y que como respuesta, los gobiernos endurezcan las restricciones de las actividades productivas, así como de movilidad para la población.

A esto se suma el surgimiento de contratiempos con las vacunas, o que el Gobierno tenga problemas para cumplir con su plan de vacunación.  

La analista estima que el tipo de cambio cerrará el año entre 20.50 y 21.50 pesos por dólar al mayoreo, mientras que la inflación oscilará entre 3.5% y 3.4 por ciento, dentro del objetivo del Banco de México (Banxico) de 3% más/menos uno por ciento, en tanto que los sectores que se verán beneficiados por su muy baja base comparativa anual serán el turismo, distintos servicios y el comercio. 

Sobre lo que se tiene que hacer, de forma interna, para fortalecer a la debilitada economía, la analista de Intercam sostuvo que es necesario formar un nuevo ciclo de inversión, situación que no se presenta desde 2016, a raíz del proceso electoral que le dio el triunfo a Donald Trump: “La inversión privada es el componente que más hace falta para detonar el crecimiento económico en México”, reiteró. 

En cuanto a la relación México-Estados Unidos con un nuevo presidente en la Casa Blanca, expuso que a pesar de que en un futuro la manufactura de ese país reciba subsidios y crezca a mayor ritmo, el resultado no será en detrimento de la industria nacional, pues la eficiencia de los costos operativos en México es mucho mayor que la del país vecino.

Lo que sí podríamos ver, advirtió, es una mayor exigencia con respecto al cumplimiento de las reglas de carácter laboral acordadas en el T-MEC. 

Solo será un efecto rebote

Gabriela Siller Pagaza, directora de Análisis Económico-Financiero de Banco BASE, sostuvo que este 2021 habrá un efecto rebote moderado de 3.8% del PIB, luego de una caída anual estimada en 8.7% para el año que acaba de terminar.

De hecho, la baja base de comparación es uno de los factores que permitirá ver variaciones positivas en los próximos meses. 

Las exportaciones, las cuales prevé incrementen 12.3% anual este año; el restablecimiento de los flujos positivos de la Inversión Extranjera Directa (IED), tras el paso del momento más álgido del COVID-19; y una menor cautela de los consumidores, debido a la existencia de una vacuna, se suman a los elementos que motivarán el crecimiento en 2021. 

Para el primer trimestre del año, Siller Pagaza pronostica una caída anual del PIB de 4.0 por ciento, seguida por un alza de entre 13 y 14 por ciento, entre abril y junio; una moderación en el crecimiento a 3.10% en el tercer trimestre y, finalmente, el último cuarto de 2021 transcurrirá sin una variación anual. 

“Adicional a la pandemia, las políticas económicas no ortodoxas que generen daño entre los consumidores y las empresas nacionales o extranjeras que quieran venir a invertir, así como la relación diplomática y comercial con Estados Unidos, son los factores de riesgo para el desempeño de la economía”, anotó. 

Banco BASE considera que la administración del ex vicepresidente de Estados Unidos sí podría generar una especie de proteccionismo comercial, pues sus intenciones de fortalecer la manufacura local y al T-MEC lo llevarían a imponer medidas sanitarias más estrictas en el cruce de mercancías y, con ello, generar mayores costos para los exportadores mexicanos. 

Vacunación inyecta optimismo

Marco Oviedo, economista en jefe para América Latina de Barclays, comentó que el Grupo Financiero espera una recuperación de 4.5% para este año, desde una caída de 8.8% prevista para 2020. Se trata de un pronóstico superior al consenso. 

La razón de un mejor diagnóstico es que la disponibilidad de vacunas creadas por Pfizer, Moderna, AstraZeneca e incluso farmacéuticas chinas y la existencia de un plan de vacunación del Gobierno federal, tendría sus efectos en el PIB a partir del segundo trimestre del año, con una expansión de 16.5% anual, de tal suerte que en la primera mitad del año el alza sería de 5.8 por ciento.

“Creemos que en el segundo trimestre vamos a ver los efectos de esta campaña de vacunación, y ahí es donde los servicios que han sido más afectados por la pandemia, como todos los de contacto social: bares y restaurantes, esparcimiento y transporte, se van a recuperar de una forma muy rápida, por demanda interna y externa”, explicó.  

De hecho, no descartó que el país pueda estar cercano a la normalidad hacia el cierre de año.

En contraste, uno de los factores de mayor riesgo para el rumbo de la economía es que, ante la rápida recuperación del PIB de Estados Unidos, haya un estímulo fiscal menor, y se comience a hablar de mayores impuestos.

A esto se suma la posibilidad de que surjan fricciones comerciales con México, como en la época de Trump, aunque el riesgo es muy bajo.

Los tres analistas coincidieron en que existe una bajísima probabilidad de que México pierda este año el grado de inversión, pese a que Petróleos Mexicanos (Pemex) se mantiene como el principal riesgo de las finanzas públicas.

La política de austeridad del Gobierno federal, que lo llevó a no adquirir más deuda para inyectar recursos a la economía, mantiene a ésta lejos de perder su grado de inversión.