La historia de Zurdos Refrigerados inició en la infancia de Baldemar Tamez, cuando acompañaba a su padre, Oberlín Tamez, en sus viajes de trabajo; él era operador para Carta Blanca y desde siempre le inculcó a su hijo el gusto por los camiones. 

Y así creció Baldemar hasta que también se convirtió en operador, como su padre, pero un buen día, cuando se acababa de casar, juntó sus ahorros y se compró un camión usado para independizarse. 

Lejos estaba de pensar en tener su propia empresa o en construir un legado. Más bien su idea era poder solventar los gastos familiares y hacer lo que más le gustaba a nivel profesional: conducir un tractocamión. 

Apenas tres años después de andar en estos menesteres, vendió aquel primer camión para comprarse uno nuevo; a la fecha conserva no sólo ese Kenworth T800 modelo 1992, sino también las letras que tenía que pagar, ya que lo sacó vía financiamiento. 

En sus inicios, muchos años antes de ser formalmente Zurdos Refrigerados, no tenía rutas fijas ni una aplicación especial. Más bien rodaba por todos lados y tomaba todo tipo de fletes. 

Para 1996 ya tenía tres camiones y decidió dejar el volante para dedicarse a la administración; ahí empezó a darle forma a la empresa, que hacia 2002 fue constituida formalmente como Zurdos Transportes Refrigerados. 

Al igual que él, sus tres hijos, Anaily, Julio y Aile respiraron el olor del diésel desde siempre, al grado de que hoy, junto con su madre, Iliana, son la columna vertebral de la empresa. 

Con el paso del tiempo la empresa se especializó en el transporte refrigerado, y después se diversificó con carga regular y plataformas. Ya para el presente, incluso, en 2022 abrieron una filial en Estados Unidos para el servicio de importación y exportación bajo el nombre de Zurdos Logistics. 

Su hija menor, Aile Tamez, recuerda que desde niña, en vacaciones, iba a la empresa a ayudar en el negocio familiar, todavía en los tiempos de las máquinas de escribir. Junto con sus hermanos aprendieron del transporte sin tener claro que en el futuro se dedicarían a esto.

Entre las pequeñas anécdotas que forman esta historia, hace poco con Baldemar restauró el primer camión nuevo que tuvo y ahora lo exhibe junto con los miembros de Tracto Clásicos, de Allende, Nuevo León. 

Baldemar Tamez y su esposa, Iliana, con el primer camión nuevo de la empresa, ya restaurado.

Hoy, la empresa emplea a cerca de 80 personas y su principal ruta sigue siendo de Monterrey hacia Chiapas, ciudades en las que tiene bases para llevar y traer insumos y frutas, principalmente. 

Aile Tamez está agradecida con su padre por haberles dado la oportunidad de tomar cada vez más responsabilidades y construir un presente y un futuro con la visión de su experiencia y el ímpetu de la juventud, al grado de que hoy han consolidado una empresa que tiene claras proyecciones de crecimiento.

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Naturalmente, el nombre de la empresa es porque don Baldemar Tamez escribe con la mano que está del lado del corazón.