En medio de una de las más graves crisis económicas y la embestida de la pandemia de COVID-19, el republicano Donald Trump se juega su reelección presidencial frente a Joe Biden, su rival demócrata y favorito en las encuestas.

De acuerdo con especialistas, políticamente, la imagen del actual Presidente está muy debilitada, lo que podría abrir la puerta del triunfo al ex Vicepresidente en la Administración de Barack Obama, y quien es considerado un político tradicional y moderado.

Ambos candidatos representan oportunidades y riesgos para México y el sector del autotransporte. 

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Manuel Lecuanda, profesor e investigador experto en economía en Campus Internacional Ensenada de CETYS Universidad, señala que el triunfo de Biden dará mayores condiciones de certeza para implementar adecuadamente el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). 

Este actualizado pacto comercial trilateral es la apuesta para abrir oportunidades de desarrollo de los servicios de autotransporte de carga fronterizo. 

Lo que se busca es favorecer el T-MEC y a las cadenas de valor, en beneficio de México. Y evitar amenazas que se nos han planteado en el pasado (con Trump), como la imposición de aranceles”, explicó.

El especialista destaca que en el nuevo tratado, el reto está del lado mexicano.

Con la renegociación del T-MEC, el Capítulo 7 –que atiende en específico la problemática del autotransporte– se definieron nuevos lineamientos para que funcionara mejor la capacidad de las tres naciones de beneficiarse de este sector.

Sin embargo, México enfrenta el reto de estar a la altura de aprovechar las oportunidades y ser competitivo realmente. 

“El principio del nuevo T-MEC es favorecer las condiciones de competencia. Si nuestro sector no está a la altura de competir con ellos, pues no va a verse el beneficio que se espera. La capacidad se tiene, y podemos responder adecuadamente a ello”, apunta. 

Lecuanda explica que Biden estuvo a favor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) así como del actual T-MEC. Esta buena respuesta respecto a ambos acuerdos, añadió, puede resultar positiva. 

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Para Alejandrina Barajas, maestra del Centro de Investigación Económica del Noroeste (CIEN), México no tiene claro hacia dónde ir respecto a la relación que mantiene con EU, su principal socio comercial. 

Por ello, el T-MEC, en estos momentos de incertidumbre y de falta de crecimiento económico derivado de la crisis por COVID-19, puede servir como ancla para generar expectativas de crecimiento a corto y mediano plazo. 

En cambio, Carlos Robles, coordinador de la Licenciatura de Negocios Internacionales en CETYS Universidad Campus Ensenada, compartió que en el autotransporte, el enfoque de Biden es hacia el uso y desarrollo de tecnología limpia.

Esto, afirmó, puede repercutir con regulaciones y exigencias a los transportistas mexicanos para que realicen inversiones y adecuen su infraestructura. 

En el corto plazo, pareciera un riesgo o un choque, en un contexto de pandemia y freno económico que ha dejado al sector sin capital o efectivo inmediato. 

“Biden provocaría un cambio que será un choque, que representará nuevos costos, nuevas inversiones, pero que a largo plazo va a convenir”, destacó el especialista.

“Si pensamos quienes son los más entusiastas de Trump, son quienes están pensando en estos intereses de corto plazo. Y siempre hay un balance que es difícil de precisar, entre estos intereses de sustentabilidad y los intereses de desarrollo económico”.

El autotransporte en la era de Trump

Para este experto, el sector autotransporte se ha visto beneficiado en general durante los cuatro años de mandato del republicano Donald Trump. 

“El TLC fue replanteado y actualizado, ha habido desarrollo. Las encuestas más recientes en las que se le pregunta a la IP fronteriza sobre su experiencia con el Gobierno de Trump es positiva, es una aceptación que va entre 60 y 70% de los empresarios que están en el comercio internacional, incluido el transporte… han visto beneficio”, afirma.

Para Robles, la balanza resulta positiva. Al menos, desde el punto de vista empresarial: esta renegociación no afectó ni políticamente ni económicamente a México.

Ante sus guerras comerciales con Asia, Donald Trump impulsa la reubicación de las instalaciones de producción, y no necesariamente colocarlas dentro de Estados Unidos, sino acercarlas.  

Acercar estos centros de producción y distribución podrían beneficiar a México en el corto plazo, al ser una de las conexiones terrestres más importantes con Estados Unidos, destacó.

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