Datos más recientes de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) revelan que en la penúltima semana de enero, el precio del diesel se colocó en un promedio de 22.09 pesos por litro, hilando cinco semanas estableciendo nuevas marcas máximas para este combustible.
Por ello, el Termómetro TyT de esta semana indagó entre los transportistas –a través del Twitter @revistatyt– sobre los principales impactos de este hecho para la operación de las empresas de autotransporte.
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Así, el 41% consideró que la negociación de tarifas ha sido el principal impacto del incremento de este combustible y es que invariablemente muchas compañías se han visto orilladas a ajustar el precio de sus servicios ante el aumento de este insumo.
De acuerdo con datos del Índice Nacional de Precios Productor (INPP), a diciembre del año pasado, los precios del autotransporte de carga general cerraron 2021 con un crecimiento anual de 4.73 por ciento, el mayor desde mayo de 2020.
El resultado, difundido por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) es el más significativo para un cierre de año desde 2018, cuando la inflación del autotransporte de carga general incrementó 5.37% anual.
Este incremento en la inflación del servicio se da en un contexto en que los transportistas enfrentan fuertes alzas en los precios de insumos básicos, como el diesel, el cual, según datos de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) cerró 2021 con un aumento anual del 13.9 por ciento.
Por otro lado, el Termómetro TyT indicó que el 37% de los participantes considera que una menor rentabilidad de su flota es el mayor impacto a su operación.
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Sobre el tema, la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (CANACAR) ha advertido en otras ocasiones que el alza en los combustibles y otros insumos–sumado a la incidencia de robo–repercuten en una reducción en los índices de rentabilidad del autotransporte. Esto debido a que no todos los incrementos se pueden trasladar al precio de las tarifas de transporte.
Asimismo, el Termómetro TyT indicó que el 22% de los participantes consideran a la incertidumbre en la inversión como un impacto del aumento del precio del diesel.
En este aspecto, las flotas se mantienen juiciosas sobre la renovación de su parque vehicular, aspecto que ya de por sí se ha visto mermado ante los retrasos en la cadena de suministro y el déficit de semiconductores para la industria automotriz.
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