Infraestructura energética, impulsar la profesionalización de micro y pequeños empresarios, así como actualizar el marco regulatorio, son las herramientas que se necesitan para impulsar la adopción de tecnologías más limpias en el transporte en México, consideró Miguel Elizalde, Presidente Ejecutivo Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT).

Durante su participación en el DHL Transportation Forum 2021, el experto señaló que si bien en el país la gran mayoría del parque vehicular es a diesel, la participación de unidades que requieren ultra bajo azufre (UBA) es inminente.  

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Además de estos vehículos que reducen considerablemente las emisiones tanto de NOx y material particulado, en el mercado están disponibles aquellos que funcionan con biocombustibles, combustible sintético, gas natural e híbridos. De cara al futuro, la industria en otros países ya prueba los alcances y necesidades de los eléctricos de largo recorrido y los impulsados por celdas de hidrógeno y eléctricos.

“¿Qué se necesita? infraestructura energética de todo esto: gas, DUBA, electrolineras, en su momento para abastecernos de hidrógeno; es fundamental porque la tecnología ya existe”, señaló en este evento organizado por DHL Supply Chain.

Sumado a ello, dijo, la regulación y la supervisión juegan otro papel importante en esta ecuación. “Hay que recordar que en México el gran reto es que de las 140,000 empresas registradas en SCT, más del 80% son micro y pequeños empresarios; son a los que les cuesta más trabajo renovar estos vehículos, los que requieren más apoyo de financiamiento y requieren incentivos verdes”, señaló.

Elizalde Lizárraga reconoció que son estos empresarios los que no pueden dar el salto de un vehículo de 38 años de antigüedad a un nuevo con estas tecnologías, pero sí a un seminuevo; por lo que llamó también a fomentar el financiamiento y esquemas de arrendamiento para sustituir la flota más antigua por más nueva.

“Vamos a ver vehículos a diesel por unos años más, pero cada vez más presencia de biocombustibles, gas natural, híbridos y eléctricos, y en algunos años más de celdas de combustible de hidrógeno”, dijo.

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Sobre el tema, en este mismo espacio Rodolfo Hernández, Responsable de Relaciones Institucionales y Sustentabilidad en Scania México, destacó que para lograr estas metas debe haber una interacción entre armadoras, transportistas, usuarios del transporte y el proveedor de infraestructura y energía de este tipo.

“Hablamos de gas natural, los últimos desarrollos que se han hecho en México han sido posibles gracias a algún interesado en el sistema de transporte, pero quien va a proveer la energía se vuelve un jugador fundamental”, compartió.

Hernández alertó de que la matriz energética del país está basada en un 89% en combustibles fósiles –incluyendo un 46% de gasolinas y diesel–; por lo que sugirió trabajar en conjunto en el desarrollo de la infraestructura para tecnologías de transporte que actualmente están disponibles en el país, como la ampliación de la disponibilidad de diesel UBA y las estaciones de servicio a gas.

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De acuerdo con Luisa Sierra, Responsable de la Estrategia de la Iniciativa Climática de México, el tema cobra relevancia pues el sector transporte ocupa el tercer lugar en emisiones de gas de efecto invernadero (GEI), con un 16.2% a nivel mundial; mientras que a nivel nacional concentra el 24 por ciento, siendo el segundo emisor de GEI.

Por ello, recomendó crear un programa de renovación de la flota, adoptar sistemas de gestión que optimicen la logística, impulsar el cambio modal y mejorar las tecnologías en el transporte.

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