El sistema de transporte no ha podido ir de la mano con el rápido crecimiento urbano de la Zona Metropolitana del Valle de México.

De acuerdo con el “Estudio Metropolitano del Valle de México”, realizado por la OCDE, aun cuando se ha impulsado el desarrollo de redes de transporte público masivo, los microbuses –catalogados por la OCDE como “los modos de baja capacidad y mala calidad para transportar”- siguen siendo la forma de transporte público más común en el Valle de México.

Sin embargo, pese a la prioridad en transporte aplicada por el gobierno federal en tiempos recientes a través del FONADIN y Banobras, tanto el metro como el nuevo Sistema de Corredores de Transporte Público de Pasajeros del Distrito Federal, mejor conocido como Metrobús operan por encima de su capacidad.

Otras mejoras incluyen el tren suburbano y la introducción de autobuses con estándares ambientales y de seguridad más altos, así como la puesta en marcha del Sistema de Bicicletas de Uso Compartido (ECOBICI) y la ampliación de la infraestructura de carriles para ciclistas, que indican la creciente priorización de los medios de transporte no motorizado.

No obstante, la vivienda y el crecimiento poblacional se han dado en gran medida fuera del Distrito Federal, lo que ha contribuido a la expansión urbana. El empleo ha seguido concentrándose en las cuatro delegaciones centrales del Distrito Federal donde se ofrece un tercio de los empleos y el 43% de los empleos del sector servicios.

Como resultado, en la ZMVM, más del 40% de los habitantes cruzan al menos una frontera municipal para llegar a su trabajo. La creciente distancia entre los centros residenciales y los centros de empleo ha provocado un aumento en las distancias y tiempos de traslado.

Según el Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP, por sus siglas en inglés), los embotellamientos producen una pérdida anual del 3.1% del PIB en la ZMVM, aunado a que entre los años 2010 y 2013, el número de automóviles registrados aumentó 8.5% al año.

En la Ciudad de México, sólo el 25% de la población vive en un radio de un kilómetro de una estación o una parada de autobús.

Las políticas públicas son fundamentales para el desarrollo de la región

La promulgación de la Ley de Movilidad del Distrito Federal ha sido fundamental para transformar el marco para el desarrollo de políticas públicas de movilidad, reconoce la OCDE.

Normalizar los criterios para asignar espacios viales y recursos financieros de acuerdo con una nueva jerarquía de usuarios (peatones, ciclistas, usuarios de transporte público, proveedores de servicios de transporte público de pasajeros, proveedores de servicios de carga y distribución de mercancías y usuarios de automóviles privados), establece principios para guiar la formulación de políticas hacia una mayor sustentabilidad e inclusión, recomienda el organismo consultor.

Si bien estas iniciativas representan pasos en la dirección correcta, y la nueva legislación muestra preocupación por resolver dichas ambigüedades, aún se requieren mayores avances para conformar un marco coherente de políticas que garantice mejoras en la movilidad y la accesibilidad.

Recomienda la OCDE planeación coordinada para evolución de la ZMVM

Para lograr un sistema de movilidad eficiente y de alta calidad se requiere una planeación metropolitana coordinada. La restauración y la mejora de la Comisión Metropolitana de Transporte y Vialidad (COMETRAVI) sería la solución para armonizar el marco jurídico y desarrollar un plan maestro de movilidad a largo plazo para operar con eficacia, aunque la COMETRAVI requiere de un equipo de expertos y recursos financieros permanentes.

La OCDE recomienda a las autoridades a:

  • El sector de autobuses requiere contar con personal especializado que pueda adquirir, en forma gradual, capacidad técnica para regular el sector
  • El sector de autobuses necesita regulaciones claras para el otorgamiento de concesiones y fijación de tarifas, tanto para proporcionar certidumbre para los operadores, como para asignar recursos para otros proyectos
  • Establecer un proceso de licitación para otorgar concesiones de servicio de autobuses garantizaría una mejor relación calidad-precio
  • Solvencia financiera mediante: ajustes pequeños regulares y planificados de las tarifas de transporte público, y programas de subsidios focalizados y tarifas diferenciadas para grupos vulnerables y de ingresos bajos.

Una mayor coordinación entre organismos responsables de distintos modos de transporte a nivel estatal, así como con actores privados, resulta esencial para adquirir conocimientos y experiencia para diseñar proyectos de movilidad,  sincronizar rutas, horarios e información, así como integrar tarifas para viajes multimodales y para segmentos múltiples.