El autotransporte en los tiempos del coronavirus es una historia con matices bien particulares. Conducir un tractocamión con más de 60 toneladas es una actividad realizada por operadores que no tiene cabida en la opción del home office. Alguien tiene que hacerlo. 

Miles de operadores siguen y seguirán circulando por las carreteras del país llevando y trayendo insumos y mercancías a plantas productivas y puntos de venta. Ellos, incluso, están más expuestos al contagio del COVID-19, pues atraviesan las venas abiertas de México.

¿De qué tamaño es el riesgo? Los conductores del autotransporte no pueden vivir bajo el techo de la cuarentena. Sin embargo, sí hay recomendaciones, parámetros, incluso preceptos que pueden disminuir las posibilidad del contagio. 

Enrique Rustrián, gerente general de Transportadora y Distribuidora Isabel, explicó que, desde la propia Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar) hasta su empresa, han establecido recomendaciones a sus operadores para disminuir, en lo posible, los riesgos de contagio del coronavirus COVID-19.

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“En la parte administrativa hemos modificado lo que hemos podido, como el trabajo a distancia, pero en la parte operativa, como en los talleres y específicamente con los operadores, pues no es posible, de tal manera que hemos implementado medidas y sugerencias para disminuir los riesgos lo más que se pueda”, dijo el empresario en entrevista para TyT.

Específicamente se refiere a la sanitización de las unidades, equiparlas con gel antibacterial, proporcionar guantes para maniobras, revisiones médicas en cada llegada y sugerencias sobre los lugares donde pueden o no detenerse a comer o descansar.

“Por supuesto no podemos controlar todo el camino. Por eso hacemos concientización sobre la interacción con otras personas. Incluso con los clientes hemos tenido acuerdos para agilizar los tiempos de carga y descarga y evitar saludos con la mano o interacciones que impliquen mucha cercanía”, agregó.

También es importante, detalló, realizar revisiones sobre síntomas y signos vitales, además de hacerles ver a los conductores la importancia de su labor. Claro, acompañado de una justa retribución, un trato digno y respetuoso y proveerles de todo lo necesario para que realicen su trabajo de la mejor manera.

En el mismo sentido, José Refugio Muñoz, vicepresidente ejecutivo de la Canacar, hizo un llamado para blindar toda la cadena logística, desde la carga, el viaje y  hasta el destino, ya que, de presentarse un caso de COVID-19 en un operador, el protocolo es muy claro.

Es decir, habría que investigar todos los contactos que realizó durante sus viajes. Que no son pocos. De tal manera que la urgencia por tomar medidas ahora será fundamental para evitar una crisis aún mayor en el tema de déficit de operadores.