Luego de que hace unos días finalmente Canadá se sumó al nuevo acuerdo comercial con México y Estados Unidos, las reacciones no se han hecho esperar, con los retos y oportunidad que esto implica.

Sin embargo, no todo ha sido miel sobre hojuelas, como el anexo referente al autotransporte de carga, que establece la prohibición de la entrada de camiones mexicanos a Estados Unidos, pero no de forma recíproca.

No solo por atentar al libre comercio, sino por las condiciones inequitativas para el gremio nacional, la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (CANACAR) rechaza que el Gobierno mexicano haya aceptado estos términos en la negociación.

En el marco de la Convención CANACAR 2018, Refugio Muñoz, vicepresidente ejecutivo del organismo lamentó que el sindicato de transportistas estadounidense denominado Teamsters haya sido quien marcara la agenda en este renglón.

“Estados Unidos se reserva su derecho de cancelar de manera unilateral los permisos otorgados a transportistas mexicanos a prestar servicios de largo recorrido dentro de su territorio”, señaló Muñoz.

Al respecto, Enrique González, presidente del organismo, aclaró que la postura de la CANACAR siempre ha sido en pro de la reciprocidad, ya que, por un lado, se trata de que haya libre comercio, y por otro, que se a de ida y vuelta.

Y esta situación, alertó, en el peor de los escenarios se podría traducir en una canibalización de los traslados domésticos, toda vez que no habrá posibilidad de hacer fletes internacionales.

Alex Theissen, presidente de la Asociación Nacional de Transporte Privado (ANTP), suscribió la postura de la CANACAR, pues si bien este organismo representa a los generadores de carga, dijo que no se puede impulsar la economía del país si no se le da su justo valor al transporte como elemento crucial en la cadena de valor.

Es importante recordar que dicho acuerdo aún no es firmado por los presidentes de los tres países ni revisado por los legisladores, de tal manera que la CANACAR busca evitar que cobren vigencia tal y como están.