Transformar una ciudad no es tarea fácil ni se logra de la noche a la mañana, sin embargo, sí es posible. Y éste fue el caso de Samuel Adams, ex alcalde de Portland, quien logró convertir a esta urbe estadounidense en una capital sustentable y con altos niveles de competitividad.

Para lograrlo, Adams tuvo que tomar en cuentas las deficiencias y desigualdades exigentes en su ciudad, enfrentar la magra situación económica del país (derivada de la crisis global) y administrar las recomendaciones que diversos actores presentaban para mejorar esta urbe.

Fue así como desarrolló una estrategia holística para la ciudad: el Plan Portland, así lo relató durante su conferencia magistral en el XI Congreso Internacional Ciudades y Transporte, organizado por CTS EMBARQ México del 12 al 14 de octubre en el WTC de la Ciudad de México.

En este sentido, subrayó que la relevancia del transporte se encuentra en que “debe ayudar a que las personas puedan viajar y conocer toda su ciudad”, lo que habla del compromiso también hacia la sociedad.

Adams detalló que cómo parte de esta estrategia decidió fusionar las áreas de Planeación y de Sustentabilidad, poniendo a la cabeza al líder de la segunda para conseguir que las políticas públicas de su gobierno tuvieran un enfoque de sostenibilidad.

“Quería que este trabajo estratégico estuviera unido en el nivel central con la sustentabilidad. Esto funcionó de la mejor manera y el área obtuvo una visión sustentable”, dijo.

Así, las decisiones que se tomaran en su gobierno estarían encaminadas a lograr los objetivos del Plan Portland: prosperidad, educación, salud e igualdad.

Además de que estarían tomadas en conjunto con la sociedad civil y las empresas, pues si bien todos tenían su propio punto de vista sobre lo que se debía hacer se logró alinear al sector privado y laboral con la comunidad de las ONGs, en pro del proyecto.

Una vez que ya estaban alineados los objetivos y se habían hecho alianzas con otras entidades para sortear los obstáculos burocráticos, se procedió a crear los planes de gobierno, que tenían que ver con el crecimiento económico de la ciudad y un Plan de Acción Climática para que esa prosperidad se lograra, pero reduciendo las emisiones que provocan el calentamiento global.

En este sentido, Sam Adams aseguró que si el plan de desarrollo económico se basa en el de acción climática, no sólo se mejoran los servicios y se brindan oportunidades a los negocios, sino que también ayuda al sector privado a producir mientras se limpia el aire y se previenen acciones de cambio climático.

“Las ciudades tienen una naturaleza constante, necesitan cambios una y otra vez”, señaló el ex alcalde de Portland, quien agregó que para hacer frente a esto lo mejor es trabajar en conjunto en la creación de un plan estratégico para mejorar la ciudad.