Sin lugar a dudas, el trabajo del transportista implica muchos riesgos, ya sea por la inseguridad en las carreteras, las malas condiciones de las autopistas, la falta de pericia de los conductores y un interminable etcétera. La realidad es que en cualquier momento existe la posibilidad de sufrir alguna volcadura o colisión en la que también puede haber terceros afectados.

AccidentFrente a este panorama, es imprescindible ponderar los beneficios que se obtienen al contar con un seguro.

En México existen 103 instituciones de seguros autorizadas por la Comisión Nacional de Seguros y Finanzas, de ellas 39 operan ofreciendo productos para el sector automotor; sin embargo, menos de la mitad de éstas son las que brindan algún tipo de póliza para el autotransporte, ya sea protegiendo las unidades o su carga.

Contar con un seguro debe verse como una inversión y no como un gasto en las empresas del transporte sin importar el tamaño de las mismas.

Tipos de pólizas

El objetivo de contar con un seguro para el autotransporte, es la reparación de los daños que se puedan sufrir y ocasionar. Para ello, es elemental considerar qué tipo de pólizas existen, cuáles son las coberturas que brindan y los beneficios adicionales que garantizan.

Se recomienda que antes de seleccionar a la compañía aseguradora, se elija al agente de seguros, quien además de ser un profesional, debe dar orientación en todo momento al asegurado. Los agentes trabajan con diversas compañías, ellos conocen las soluciones si ocurre un siniestro, qué tan eficiente es la suscripción de las pólizas y sobre todo, la solvencia moral de la institución y el costo, de acuerdo a las necesidades del solicitante.

De igual forma, en los últimos años han surgido diversos brokers de seguros que se encargan de crear trajes a la medida para el transportista que cuenta con una sola unidad o flotillas completas, ofreciendo atractivas coberturas y la posibilidad de alcanzar importantes descuentos por no siniestralidad.

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Para el caso específico de camiones de carga existen dos tipos de pólizas: las que aseguran a la propia unidad (que cubre daños a terceros) o las que únicamente resguardan la mercancía que se transporta.

Entre las coberturas a la propia unidad, se encuentran:

  • Daños materiales, del vehículo y a terceros
  • Robo total del camión
  • Responsabilidad civil, en bienes y personas
  • Gastos médicos para ocupantes
  • Defensa jurídica
  • Daños ocasionados por la carga –clasificada como no peligrosa, muy peligrosa o altamente peligrosa–, principalmente si perjudica al medio ambiente y a la ecología
  • Servicios varios, como asistencia –envió de grúas, traslado a talleres, proveer diesel, servicios mecánicos en general–, rastreo satelital, custodia, inspección de embarques y otros que la compañía requiera

Para asegurar la mercancía que se transporta, existen tres tipos de pólizas:

  • Específica: por un solo viaje
  • Anual a declaración: cada mes se declara cuánto se transportó
  • Pronóstico: se asegura solo un aproximado de los viajes

Cualquiera que sea la póliza, la AMIS sugiere que éstas cubran:

  • Riesgos ordinarios de transporte: incendio, radio y explosión; colisión y volcadura
  • Robo total y parcial con y sin violencia
  • Mojadura y oxidación
  • Contaminación por contacto con otras cargas
  • Rotura, abolladura, dobladura y derrame

Otros tipos de seguros

autobusEn el caso del transporte de pasajeros, los seguros otorgan pólizas por: daños materiales para el propio camión, responsabilidad civil –para daños a terceros en sus bienes y persona–, accidentes del conductor y seguro de viajero.

De igual forma existe un seguro obligatorio que exige la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) para el transporte terrestre: para viajero y por daños ocasionados por la carga. El primero obliga a los autobuses de pasaje y turismo a proteger a los viajeros y sus pertenencias de los riesgos que puedan sufrir con motivo de la prestación del servicio y a los usuarios de las vías, por el uso de las mismas. El segundo, exige a los transportistas de materiales o residuos peligrosos contratar un seguro que ampare los daños que puedan ocasionarse a terceros –en sus bienes y personas–, al ambiente, vías generales de comunicación y cualquier otro daño que pudiera generarse por la carga en caso de accidente.

La ley establece que la compañía aseguradora no entregue la póliza de seguro obligatorio si no se ha realizado el pago; además de no tener plazos y ser incancelable.

¿Cuánto cuesta una póliza?

El costo es muy variable, ya que está sujeto tanto al tipo de vehículo como a la carga. Cabe destacar que todas las pólizas tienen un deducible a cargo del asegurado, cuyo monto depende del producto y del tipo de cobertura. Por ejemplo, si es por robo, el deducible llega a ser de 30 a 50 por ciento.

La aseguradora incumplirá el contrato cuando:

Se trate de siniestros dudosos, existan diferencias en el monto a indemnizar, falta de pago de la póliza, falsa declaración, datos diferentes o abandono de los bienes.

Además de la contratación de un seguro, la AMIS recomienda prevenir futuros riesgos en robos, asaltos, colisiones y volcaduras:

Robo y/o asalto

– Uso de custodia

– Sistema de rastreo satelital

– Operadores certificados

– Planear rutas con anticipación y darlas a conocer al conductor

– Dividir los embarque de mucho valor en dos o más partes

– Marcar lotes para identificar la mercancía robada

– Mantener comunicación con el operador durante el viaje

– Manejar con ventanas cerradas y seguros activados

– Evitar que se pueda identificar la mercancía

– Tratar de que los horarios de carga y descarga sean de día

– Si es posible, realizar rondas durante la carga y descarga

 

Colisiones y volcaduras

–          Capacitación de los operadores (cursos de manejo a la defensiva, pláticas de control de fatiga, planes de emergencia)

–          Revisar programas de mantenimiento preventivo y correctivo

–          Controlar el peso de la carga conforme a las normas establecidas

–          Adecuar el empaque y embalaje de la mercancía

–          Apropiado acomodo y anclaje de la carga

Exámenes médicos de la vista y antidoping (por lo menos cada dos años)