El Gobierno de AMLO anunció que desaparecerán las Zonas Económicas Especiales (ZEE), un proyecto que impulsó la anterior Administración federal para cerrar la brecha de desigualdad entre el norte industrializado y el sur-sureste del país.

De acuerdo con José Luis de la Cruz, presidente de la Comisión de Estudios Económicos de la CONCAMIN, la Administración federal considera que proyectos estratégicos como el Tren Maya, las refinerías y la reactivación del sector energético podrían tener un impacto más rápido y ser financieramente más manejables.

“Hay una diferencia de visión, en el que la nueva administración federal piensa y estima que con estos proyectos que está planteando como estratégicos puede obtener mejores resultados que con el de Zonas Económicas Especiales”, expresó en entrevista para TyT.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador acusó que en las ZEE no hubo beneficios y sí un derroche de recursos. Al respecto, De la Cruz manifestó que más bien hubo lentitud en la ejecución de las ZEE y no se tenía una visión integral , lo que determinó que no se dieran resultados hasta el momento.

En las ZEE asiáticas, ejemplificó, el éxito de éstas se centró en su corte industrial, es decir, fueron diseñadas para desarrollar la industria de esos países con obras de infraestructura muy grandes y con gran cantidad de recursos públicos.

El impacto para las entidades

Para HR Ratings, habrá estados y municipios que con la eliminación de las ZEE decidirán continuar con algunos proyectos estratégicos, por lo que la manera de financiarlos podría representar presiones para las entidades que no cuentan con una buena flexibilidad financiera.

Al respecto, De la Cruz consideró que el Gobierno podría aprovechar lo poco o mucho que se avanzó con la iniciativa. Además, previó que algunas inversiones podrían ponerse en pausa a la espera de las nuevas definiciones de la Administración de AMLO, y otras que quizá no se vean reflejadas en los nuevos proyectos, porque las ZEE tenían un abanico más amplio de inversión. “Probablemente sí reconsideren dónde se van a instalar”, dijo.

Desde el punto de vista de la calificadora, la resolución final será interesante por los efectos económicos en las zonas de influencia en donde se realizarán los nuevos proyectos, así como los efectos en los que ya no se implementarán las ZEE.

¿Qué ofrecían las ZEE?

Se trataba de áreas delimitadas geográficamente donde se ofrecía un entorno de negocios privilegiado: beneficios fiscales, régimen aduanero especial, marco regulatorio ágil, infraestructura competitiva y programas de apoyo. Con esto se buscaba generar –a largo plazo– 368,000 empleos formales y atraer inversión por 42,000 millones de dólares; además, generar y fortalecer cadenas de valor.

En 2016 y 2017, el Gobierno priista de Enrique Peña Nieto implementó siete ZEE:

  1. Lázaro Cárdenas-La Unión, en Michoacán y Guerrero.
  2. Coatzacoalcos, en Veracruz.
  3. Salina Cruz, en Oaxaca.
  4. Puerto Chiapas, en Chiapas.
  5. Puerto Progreso, en Yucatán.
  6. Champotón, en Campeche.
  7. Dos Bocas, Tabasco.

El común denominador de estas zonas es alto rezago social, bajo crecimiento económico, ubicación geográfica estratégica y potencial para conectar con mercados nacionales e internacionales.

A nivel global, la implementación de las ZEE ha tenido resultados encontrados. El programa fue exitoso en China, en la ciudad de Shenzhen, que conecta a Hong Kong con el territorio continental. De acuerdo con HR Ratings, desde 1980 a la actualidad, el PIB per cápita incrementó en 150 veces. Además, actualmente se realiza aproximadamente el 15% del total de las exportaciones del país.

En cambio, en India, Kenia y Nepal, las ZEE no tuvieron el impacto suficiente para propiciar el desarrollo y el bienestar de las regiones.

El nuevo proyecto para el Istmo

Aunque no son similares, se prevé que éste sustituya al resto de la implementación de las Zonas Económicas Especiales. Toma como eje el concepto de Corredor Multimodal Interoceánico para aprovechar la posición geoestratégica del Istmo de Tehuantepec.

Entre las obras de infraestructura que se consideran para el programa están renovar el ferrocarril del Istmo de Tehuantepec, modernizar los Puertos de Coatzacoalcos y Salina Cruz, fortalecer la infraestructura carretera y de caminos rurales, construir un gasoducto e instalar fibra óptica a lo largo del Istmo.

Algunos de los incentivos fiscales que ofrecerá este nueva iniciativa son reducción del ISR del 30 al 20 por ciento, disminución del IVA del 16 al 8 por ciento, e incremento del salario mínimo de 88.36 pesos a 176.72 pesos.

“El Transístmico tiene como lógica que si se establecen vías de comunicación como la parte ferroviaria y lo que hay alrededor de ello, el resultado es que puede atraer la inversión de empresas que se instalen a lo largo de este sistema de comunicación y también potenciar las que ya existen”, detalla De la Cruz.

“La estrategia es que a través de vías de comunicación –sobre todo ferroviarias y de transporte de carga– va a generarse un impulso al crecimiento económico”, añadió.

Con las ZEE lo que se planteaba era generar proyectos de infraestructura con el compromiso de inversiones de empresas e industrias, y que a partir de eso detonar crecimiento.

“Entonces, son dos visiones distintas, que pudieron haber sido complementarias, pero se están viendo como excluyentes y la principal razón es la restricción de finanzas públicas, los recursos con los que dispone el Gobierno federal”, concluyó De la Cruz.