“Estoy en el momento indicado y en la industria indicada, y ¿cuál es el futuro?: trabajar en soluciones para impulsar vehículos más modernos, más eficientes, que consuman menos combustible e incorporen tecnologías alternativas que impacten considerablemente a favor del medio ambiente”, afirma Miguel Elizalde Lizárraga, Presidente Ejecutivo de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT).

En 2020 —el 13 de agosto, para ser precisos—, el sonorense cumplió ocho años al frente de la ANPACT, en el que considera el momento más retador en su trayectoria. No es para menos: este año es atípico, ya que en el mundo no se había vivido nada igual.

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La pandemia del SARS-CoV-2 obligó a las familias a permanecer en el encierro y la actividad económica estuvo en un coma inducido. Por casi dos meses, la producción y exportación de la industria automotriz en México fueron mínimas, si no es que cercanas a cero. 

Considero que estamos saliendo de una crisis de salud, y esperemos que las cifras vayan mejorando con el paso de los meses. Pero, al mismo tiempo, hay una crisis económica de la que no sabemos cuánto tiempo tomará su recuperación; hay quienes dicen que llevará entre tres y cuatro años, esto cuando hay una caída del 10% del Producto Interno Bruto” 

En este contexto, durante los primeros ocho meses del año, la industria armadora de pesados en México reportó caídas de 41% en su producción, exportación y mercado interno; y el panorama, hasta la fecha, indica una caída anual de 35% en las ventas locales para el cierre de 2020.

En este punto, Miguel Elizalde enfatiza: “Los Gobiernos deben apostarle a la recuperación del autotransporte, porque es apostarle a la recuperación de varias industrias. 

“El eslabón más importante en la logística es el autotransporte, que mueve más del 56% de la carga en el país, y 71% del valor de las mercancías del comercio exterior hacia Estados Unidos y Canadá. Por eso, apostarle a su recuperación es apostarle a varias industrias”. 

Quien entre 2009 y 2012 estuvo a cargo de la Dirección General de Autotransporte Federal (DGAF), perteneciente a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), reconoce que uno de los principales retos que enfrenta el país es hacer sujeto de crédito a los micro y pequeños empresarios del autotransporte, responsables de alrededor del 90% de las 150,000 unidades económicas que integran el registro federal.  

Visión estratégica a bordo

La crisis económica por la que atraviesa el país pone de relieve la importancia de impulsar la renovación vehicular; sin embargo, el Proyecto de Egresos para 2021, presentado el mes pasado por el Gobierno federal al Congreso, elimina recursos por 3,700 millones de pesos que estaban dirigidos, entre otras cosas, a la modernización de unidades para el autotransporte urbano. 

Al respecto, Miguel Elizalde afirma que es comprensible la situación presupuestaria de la administración federal; sin embargo, no coincide en la forma en que se está aplicando la política pública, pues se pretende modernizar el transporte de carga y, hasta el momento, esto no se ha visto reflejado en el Paquete Económico para 2021. 

“Se debió contemplar en el Proyecto de Presupuesto de Egresos alguna cantidad que apoye a la renovación de la flota, porque prácticamente toda la industria tiene que mover sus productos. Si apoyas al autotransporte, apoyas de manera transversal a toda la industria que tiene que mover mercancías.

A diferencia de otros países, cuando impulsas la renovación, al ser México el primer exportador de tractocamiones en el mundo, cuarto exportador de vehículos pesados y sexto productor de vehículos pesados, gran parte del mercado interno se va a fabricar en México. Entonces, beneficias al transportista e impactas en la generación de empleos en el país”. 

El papel de la ANPACT va más allá de apoyar o, en su caso, discernir las políticas de los gobiernos, en sus manos está la generación de soluciones que deriven en mejoras para la población y las unidades económicas del país.

La pandemia ha complicado la labor de la DGAF, unidad que presenta problemas para atender los trámites de los transportistas, con demoras en las citas que van de los 50 a los 20 días. Esta problemática se está convirtiendo en un cuello de botella para la renovación vehícular. 

“En estos momentos, la prioridad es que haya trámites más ágiles. La SCT requiere la incorporación de tecnología en sus procesos, y la dependencia puede contar con el apoyo que pida, porque somos una asociación que siempre está proponiendo”. 

Otra de las constantes labores de Miguel Elizalde y su equipo, es trabajar en el contexto normativo que impulse al autotransporte en todos los frentes. La ANPACT, junto con las secretarías de Transporte y Economía, elabora una norma de dispositivos mínimos de seguridad y calidad para evitar que ingresen a México vehículos con una tecnología inferior a la que se exige en el mercado doméstico.  

Así es como el líder empresarial cumple su octavo año al mando de la ANPACT, con la mirada puesta en los retos que enfrenta el país: “El potencial de renovación es enorme, así como el compromiso de continuar trabajando en los procesos. Estoy en el momento indicado”, concluye.