A los 13 años, Daniel López ya hacía maniobras en tractocamión; a los 16, ya conducía y llevaba fletes de un lado para otro, pero el sueño de convertirse en operador y dueño de una flota inició desde antes, cuando acompañaba a su papá a vender frituras a un paradero de camiones en su pueblo natal, Palomas, Chihuahua. Así fue como nació López Trucking. 

Su padre era comerciante y ofrecía todo tipo de golosinas a quienes aparcaban en el lugar, mientras Daniel hacía mandados, lavaba los tractos y jugaba a ser conductor cuando alguno de los visitantes lo dejaba subirse a un camión. 

La inquietud de la infancia quizá fue el detonante, pues desde siempre preguntó por todo. A los operadores, sobre todo, les preguntaba por todos los botones en los tableros, sobre las velocidades en la palanca, los espejos, el remolque, todos esos cables. 

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Uno de ellos que pasaba seguido a ese parador le empezó a enseñar, pero solo en teoría. Daniel imaginaba cómo sería hacerlo de verdad hasta que al final lo dejaron hacer una maniobra. Ya no pudo soltar el volante jamás. 

Así fue como a los 16 años obtuvo su primer trabajo como operador. De hecho, antes de fundar López Trucking tuvo años de bonanza con esa primera empresa. Muy rápido se ganó la confianza del dueño y le tocó estrenar vehículo tres veces. 

En esa época fue cuando imaginó que, algún día, le gustaría manejar su propio camión. Luego de un tiempo, cuando tenía suficientes ahorros, quiso cumplir otro sueño: comprarse una pick up para uso personal. En su natal Chihuahua muchas personas usan una y por eso siempre quiso tener la suya. 

En eso estaba cuando un amigo le preguntó que porqué en lugar de comprarse la pick up mejor no lo invertía en un camión, para ponerlo a trabajar, incluso manejarlo él mismo. 

Luego de pensarlo y sacrificar ese primer sueño, accedió. Se compró un camión para crear López Trucking, aunque de momento prefirió cruzar la frontera y trabajar en Estados Unidos, mientras su inversión empezaba a rodar en Chihuahua. 

Tuvo algunos problemas con la visa y al final logró capitalizar el esfuerzo y conseguir el documento que le permitió ir y venir, hasta que al final pudo regresar con todas las intenciones de crecer su propia empresa. Ahora sí, López Trucking empezaría a tomar forma. 

El 21 de abril de 2009 fue cuando inició este viaje, ya con él al volante. Conocía el negocio y rápido consiguió clientes. Empezó con plataformas y pasó poco tiempo para crecer su flota, cada vez más nueva. 

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En la actualidad, todavía con la pandemia, sigue construyendo un sueño a pesar de los retos y obstáculos que representa la inseguridad y la falta de operadores. No se rinde.

Su hijo ya maneja en la empresa y en sus planes está incursionar en los fletes internacionales, sobre todo para aprovechar las ventajas de la frontera en Chihuahua. 

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