Históricamente, el papel del Instituto Mexicano del Transporte (IMT) ha estado ligado a generar nuevos parámetros para el autotransporte en términos de eficiencia, seguridad y marco normativo, de tal manera que su trabajo en términos de validación se ha convertido en una referencia. 

Particularmente en 2021, el IMT llevó a cabo una serie de pruebas a cuatro tecnologías que abonan a la seguridad vial, pues su objetivo es prevenir accidentes viales. 

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Durante su participación en el 5º Congreso Nacional en Seguridad Vial, Manuel Favela, investigador del IMT, explicó la primera prueba, realizada a un tractocamión con doble remolque y equipado con sistemas antivuelco: una con dolly tipo A y otra con tipo H; una en piso mojado y otra en superficie seca. 

Tras explicar las diferencias entre ambos tipos de convertidor y el funcionamiento del sistema antivuelco, el especialista detalló que un vehículo con dolly tipo H y el sistema activado frena con mayor estabilidad, en menor tiempo y recorriendo menos longitud.

Las diferencias entre las superficies húmeda y mojada también son distintas, aunque con las mismas diferencias con dolly tipo A y sin el sistema antivuelco activado. 

Ricardo Cortázar, consultor especialista de Inotran, señaló, por otro lado, que los sistemas de autoinflado también representan un gran aliado en la seguridad vial, ya que en las pruebas realizadas, al pinchar una llanta, el tiempo que transcurre hasta llegar a una presión a cero libras es de tres minutos. 

En la misma prueba, pero con el sistema activado, cuando la llanta pinchada llega a 30 libras de presión, ésta se estabiliza en esa presión durante más de 10 minutos, lo que en una operación real se traduce en mayor tiempo para que el conductor pueda llegar a una zona segura para estacionarse o, incluso, a un lugar donde puedan hacerla la reparación. 

Asimismo, las pruebas de control de velocidad y los sistemas de seguridad ADAS demostraron su eficacia al corregir o inhibir distracciones y malos hábitos de conducción de los operadores. 

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De esta manera, concluyeron, las tecnologías, tanto de asistencia mecánica como electrónica, ayudan a disminuir el riesgo de volcaduras, de paradas inesperadas en el camino, de abandono de carril o de impactos con vehículos u objetos cercanos a las unidades equipadas con estas soluciones.