Pareciera lejano que lo que sucede en el viejo continente en lo que respecta al transporte, sin embargo, es ahí donde muchas de las tendencias que hoy se siguen en América se han gestado. Si analizamos lo que sucede en aquellas latitudes descubriremos que los retos que se enfrentan son muy similares…

El transporte es la base de cualquier economía ya que constituye el núcleo de la cadena de suministro. Sin buenas redes de transporte, el mercado interior no puede funcionar adecuadamente. Por lo anterior, las inversiones en infraestructura de transporte estimulan el crecimiento económico, crean riqueza, aumentan el comercio, la accesibilidad geográfica y la movilidad de las personas. Son un motor muy eficaz de creación de empleo. Actualmente otras regiones del mundo están lanzando enormes y ambiciosos programas de inversión en infraestructuras, y Europa está decidida a mantener su posición competitiva.

El transporte y la calidad de vida

europaEl transporte es también un ingrediente clave para una alta calidad de vida porque facilita el acceso a los lugares y acerca a las personas. Además de su papel facilitador, el sector del transporte por sí solo representa una parte importante de la economía: en la Unión Europea (UE) da trabajo directo a casi 10 millones de personas y supone cerca del 5% del PIB; muchas empresas europeas son campeonas mundiales en infraestructura, logística, sistemas de gestión del tráfico y fabricación de material de transporte.

La integración del mercado, el crecimiento económico y la actividad de transporte guardan una estrecha relación. En la UE, la conexiones de transporte eficientes han facilitado la creación y profundización del mercado interior. Cada una de las ampliaciones de la UE se vio acompañada de un fuerte crecimiento de la actividad de transporte. Sin embargo, es un hecho que queda mucho por hacer para unir de forma efectiva los sistemas de transporte de las partes oriental y occidental de Europa y convertir la ampliación en una realidad física.

La influencia de la integración europea

La relación entre el mercado interior y el transporte fue claramente reconocida desde el principio de la integración europea. La política de transporte fue incluida en el Tratado de Roma como una de las políticas comunes. En 1992, el Tratado de Maastricht añadió una política de redes transeuropeas para ayudar a lograr los objetivos de la UE en materia de mercado interior y de cohesión.

Ese mismo año de 1992, la Comisión publicó un “Libro Blanco” sobre la política común de transportes dedicado esencialmente a la apertura del mercado en línea con las cheaptravelforwomeneurolinesamstel1prioridades del momento. Casi 10 años después, este “Libro Blanco” de 2001 hizo hincapié en la necesidad de gestionar el crecimiento del transporte mediante un uso más equilibrado de todos los modos de transporte.

La versión actualizada de este “Libro Blanco” volvió a trazar un panorama global de la evolución del sector de los transportes, de los desafíos a los que éste se tendrá que enfrentar y de las iniciativas políticas que es preciso considerar. El transporte continúa siendo un elemento central del desarrollo económico y de la cohesión territorial y social, pero tiene que responder a nuevos desafíos como:

  • La política europea de transportes tiene que abarcar a casi todo el continente y a 500 millones de ciudadanos.

El contexto actual es de recuperación de una de las crisis económicas mundiales más profundas desde la década de los años 30 del siglo pasado. Esta crisis fue precedida de un brusco aumento del precio del petróleo y de otros productos básicos, sintomático de los crecientes desequilibrios en el uso de los recursos del planeta.

  • Al mismo tiempo, la comunidad internacional está de acuerdo en la necesidad de reducir drásticamente las emisiones mundiales de Gases de Efecto Invernadero (GEI).

El reto de construir una economía más eficiente en el uso de los recursos es especialmente exigente para el sector de los transportes, que sigue dependiendo casi exclusivamente del petróleo.

El principal reto es buscar una transformación profunda del sistema de transportes fomentando la independencia en relación con el petróleo, la creación de infraestructuras modernas y la movilidad multimodal asistida mediante sistemas inteligentes de gestión e información. El “Libro Blanco” propone un plan hacia una economía hipocarbónica con miras al año 2050.

En una siguiente entrega analizaremos las tendencias actuales y los retos futuros para precisamente salir de la dependencia del petróleo.