Todas las actividades económicas del país son relevantes para mantener a México de pie y porque generan oportunidades de desarrollo para la población; sin embargo, el autotransporte de carga es un actor clave en prácticamente todos los procesos productivos y comerciales. Por eso es El Rey y, pese a múltiples adversidades, no deja de ¡rodar y rodar!

En múltiples ocasiones se ha dicho que el autotransporte de carga es la columna vertebral de la economía, y sí: es esencial para que los insumos lleguen a los centros de producción y, posteriormente, para que esos productos lleguen a sus destinos, ya sea en algún mercado, supermercado, tienda departamental, puerto, aeropuerto o aduana terrestre para continuar su ruta a escala internacional.

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Su importancia se refleja en su contribución al Producto Interno Bruto (PIB) nacional, de 3.7% al cierre del primer semestre del año. Ningún otro modo de transporte de carga o de personas aporta tanto a la economía nacional.

Para dimensionar su impacto, su valor en la economía es similar al contribuido por el total de la industria alimentaria y casi cuatro veces superior al de la industria de las bebidas y el tabaco, de acuerdo con estimaciones propias obtenidas del Inegi.

En la primera mitad del año, las empresas de autotransporte —con los operadores a la cabeza— movilizaron 58 de cada 100 dólares del comercio internacional mexicano. En el caso de las exportaciones, fueron los encargados de transportar el 69% del valor de las mercancías y el 48% de las importaciones que ingresaron a México.

La resiliencia del autotransporte de carga

Además, el autotransporte federal es responsable de mover 60% de la carga doméstica, expuso la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) en su Estadística Básica del cierre de 2024. Este servicio lo prestan 240,000 permisionarios en el país, entre personas físicas y morales.

La economía nacional está soportada por las micro, pequeñas y medianas empresas, y en el caso del autotransporte de carga no es la excepción, pues representan 99.3% de las compañías registradas ante la autoridad que las regula y contribuyeron con 69% del parque vehicular al cierre de 2024.

El trabajo de empresarios transportistas de todos los tamaños, de los operadores y del resto de sus equipos ha mostrado su resiliencia en los momentos más críticos: en la salud, con la pandemia; en la seguridad, con la elevada violencia que se vive en carreteras; y en la evolución de la economía, como ocurre actualmente con la política arancelaria de Estados Unidos.

Sin embargo, el autotransporte no deja de moverse, porque alguien tiene que abastecer a las manufacturas, a la construcción, a los centros comerciales e, incluso, ser partícipe en la celebración del Grito del 15 de septiembre. Tras cada uno de los insumos que usarán las familias para celebrar estuvo un operador, quien condujo un vehículo pesado durante horas para que nada haga falta en los sitios de abasto.

Ahora mismo operadores, monitoristas, técnicos, equipos médicos, de recursos humanos, personal del área de operación y más integrantes del autotransporte no celebrarán el Grito de Independencia, para que mañana o en la conmemoración del Día de Muertos nada falte en los estantes o en los centros de producción.

Esta fortaleza convierte al autotransporte de carga en El Rey, que no deja de ¡rodar y rodar!

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