Cuando un sector de la población decide tomar las carreteras para hacer visibles sus demandas, los usuarios de las vías de comunicación no solo pierden su tiempo, sino también su dinero. Las empresas de autotransporte de carga representan a uno de los sectores más golpeados.

Ante la situación, el Termómetro TyT, a través de la cuenta de Twitter @revistatyt, indagó sobre los impactos económicos que generan más pérdidas a las compañías en los bloqueos carreteros, alcanzando una participación de 467 usuarios de esta red social –en su mayoría transportistas–.

En primer lugar, con 39% de la votación (182), se colocó un mayor riesgo de sufrir un robo. Transportistas señalan que, dependiendo de las zona donde el vehículo quede detenido, persiste el riesgo de ser víctima de un delito; también si, en virtud de cumplir con los tiempos de entrega, se opta por una vía libre que pudiera ser menos vigilada.

Datos de SensiGuard revelan que el 89% de los atracos al autotransporte ocurren mientras las unidades están en carreteras; un bloqueo les evita a los delincuentes el cerrar el paso a la unidad y pueden ir directamente a sacar las mercancías; o bien, si es el caso, es más difícil que los servicios de emergencia lleguen a tiempo debido al tránsito.

Aunque no hay una cifra exacta de las pérdidas económicas que el robo a autotransporte representa para las empresas del sector, la CANACAR calcula que este delito impacta en el 0.5% del PIB Nacional; mientras que CAINATRA estima pérdidas anuales por 766 millones de pesos tan solo en la industria en general de Nuevo León.

En segunda posición, con el 31% de los votos (145), los participantes en el Termómetro TyT ubicaron a la improductividad del vehículo detenido. Una unidad de carga parada representa una pérdida de dinero, pues los costos fijos nunca se detienen: sueldos de operadores y personal administrativo, pago de seguros, entre otros. El tractocamión es un activo de la empresa adquirido para, precisamente, producir ganancias y solventar estos gastos.

Concentrando el 16% de la participación (75), se colocó el ajuste logístico. Reprogramar los viajes, las horas de entrega y los tiempos de operación también van de la mano cuando se presenta un cierre carretero.

En estos casos, la empresa transportista Innovación Lógika señala que la clave para resolverlo es la transparencia para llegar a un acuerdo con los clientes, pues ellos también entienden que los bloqueos viales son situaciones que quedan fuera de las manos del operador. En estos casos, se deben comunicar con cliente y explicar la situación. “Buscamos y ofrecemos alternativas siempre y cuando el cliente esté de acuerdo, como puede ser tomar otra ruta, aunque en muchas casos represente una opción insegura o quizá más tardada, pero que a final de cuentas resuelva el contratiempo”.

Finalmente, con el 14% de la votación (65), se colocó el mayor consumo de diesel. Imaginemos que los gestores de rutas no previeron un cierre carretero y el vehículo ya se encuentra en ruta; éste se puede quedar en el tráfico hasta ocho horas frenando y acelerando constantemente; o bien, definitivamente detenido pero con el motor encendido para proveer aire acondicionado al operador o mantener el sistema de enfriamiento, si es que se trata de carga refrigerada.

Expertos calculan que el motor de un tractocamión puede consumir hasta 3.5 litros de diesel por hora en ralentí manteniendo el aire acondicionado. Considerando que el precio de este combustible no ha dejado su tendencia interanual de crecer en promedio 10% –según informes mensuales de la CRE–, este gasto representa un importante impacto para las flotas.