El coronavirus COVID-19 ataca a una economía global, ya de por sí debilitada, con efectos adversos en el tránsito de personas y mercancías, en la producción de las industrias, así como en el consumo interno. Síntomas que apuntan hacia una recesión mundial. 

El primer caso de COVID-19 surgió el 8 de diciembre del año pasado en China, país proveedor de 20% de los productos intermedios utilizados en la manufactura mundial, y el mayor importador de petróleo.

Al 31 de marzo, el gigante asiático reportó 82,545 casos confirmados y 3,314 muertes por este mal. 

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Además de las pérdidas humanas, China sufrió de manera inmediata los efectos negativos del denominado Coronavirus en los sectores de transporte y turismo; posteriormente llegó la interrupción y alteración de su actividad manufacturera y, con ello, de sus exportaciones. 

Los daños de la pandemia en la economía china comienzan a ser medibles. En los primeros dos meses de 2020, la actividad industrial se contrajo 13.5 por ciento, las ventas minoristas cayeron 20.5% y la inversión en activos fijos retrocedió 24.5% anual, caídas récord reportadas por la Oficina Nacional de Estadísticas.

Pasa la tormenta, al menos para China

Hacia la segunda mitad de marzo, el país gobernado por Xi Jinping redujo considerablemente sus nuevos casos de contagio por COVID-19, incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) consideró que el gigante asiático logró controlar la propagación de la pandemia.

En un artículo del 5 de marzo, Deloitte estimó que la reanudación de los negocios podría llegar a 70% en todo el país a fines de marzo. La clave: eliminar cuellos de botella en el transporte y los movimientos de personas en las próximas semanas.

La tormenta en China también dejará sus efectos en importantes economías, como la de Estados Unidos. La firma McKinsey & Company previó que los volúmenes de contenedores entrantes en los puertos marítimos estadounidenses, descenderían 12.9% en febrero y 9.5% en marzo pasado. 

Estos números se pueden traducir en una merma de la capacidad de exportación para la manufactura estadounidense. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés) estimó que la interrupción del comercio internacional, tan solo por el brote en China, podría provocar una disminución de 50,000 millones de dólares en las exportaciones mundiales. 

La Unión Europea, Estados Unidos, Japón, Corea de Sur, Taiwán y Vietnam, son de las naciones más afectadas por la interrupción manufacturera y comercial china, debido al uso de insumos provenientes de ese país para sus industrias, expuso la UNCTAD en su análisis “Impacto comercial global de la epidemia coronavirus”, el 4 de marzo. 

El contagio en México por coronavirus

México no se queda atrás, pues de acuerdo con el organismo comercial de la ONU, será la octava economía más afectada, en virtud de su dependencia de bienes intermedios provenientes de China, con un impacto cercano a 1,400 millones de dólares. 

El Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (Index) adelantó que la falta de insumos provenientes de China y otros países asiáticos, derivará en una baja de entre 15 y 20% de las exportaciones nacionales, tan solo en marzo. 

Una encuesta realizada por este organismo reveló que, al 13 de marzo, 45% de las empresas manufactureras establecidas en territorio nacional reportaron afectaciones por la falta de insumos provenientes de Asia, en especial de China, y 18% de ellas han realizado paros en sus líneas de producción. 

Sin embargo, la pandemia se expande hacia otros países, incluido México, donde había 1,215 casos confirmados al 31 de marzo y un día antes se declaró emergencia sanitaria.

En Italia, España, Francia y Alemania, pertenecientes a la Unión Europea (UE), el COVID-19 se ha propagado con fuerza encendiendo los focos rojos, en especial por las restricciones anunciadas por esos Gobiernos. 

En Estados Unidos, la primera potencia mundial y principal destino de los productos manufacturados en México, los contagios llegaron a 140,640  casos y derivaron en 2,398 muertes, hasta el 31 de marzo.

Hay que estar pendientes del impacto que tendrá el Coronavirus en Europa, y todo el mundo está atento a lo que pasa en Estados Unidos, ya que en México estamos muy ligados a esa economía. Mientras el vecino del norte controle el virus, saldremos librados de mayores daños para la economía”. 

Jorge Gordillo Arias, Director de Análisis Económico y Bursátil de CiBanco.

Incertidumbre, más dañina que la pandemia 

Al 17 de marzo pasado, las principales bolsas de los mercados internacionales acumulaban pérdidas superiores al 20 por ciento. Esto se debe, de acuerdo con Gordillo Arias, a que los inversionistas están descontando el peor de los escenarios para la economía mundial. 

El COVID-19 atacaba a 750,890 personas en el mundo al cierre de marzo, y las medidas tomadas por Estados Unidos y la Unión Europea para frenar su propagación, significan un duro golpe para sus ya desaceleradas economías. 

A esto se suma la guerra petrolera, el desacuerdo entre Rusia y Arabia Saudita para reducir la oferta de petróleo ante una menor demanda, acentuada aún más por la presencia de la pandemia.

El West Texas Intermediate (WTI) acumuló en marzo una caída de 54.24% a un precio de 20.48 dólares por barril, y tocar un precio mínimo de 19.27 dólares en el mes.

Los bancos centrales hacen esfuerzos para reducir el precio del dinero –incluso a niveles negativos– y aumentar así la presencia de capital para las empresas y el consumo de la población.

En tanto, la incertidumbre sobre hasta cuándo terminará la expansión del coronavirus por el mundo exige mayores recursos a los Gobiernos y planes de acción que frenan al consumo, y en menor medida, a sus industrias. 

México está inmerso en este contexto, con una mezcla mexicana de exportación a un precio de 10.76 dólares el barril, cuando el Gobierno federal previó ingresos por 49 dólares por barril en las coberturas petroleras. 

Éste es un factor más de riesgo para la estabilidad económica del país, pues aumenta la probabilidad de que las principales agencias calificadoras recorten la calificación crediticia de Pemex.

Como es el caso de S&P Global Ratings recortó la calificación crediticia de Pemex a ‘BB’ desde ‘BBB+’, decisión que también tomó HR Ratings mientras que Fitch Ratings también analiza un ajuste. 

Lo cual deriva en una baja a la calificación crediticia de la deuda soberana, lo que podría incrementar la percepción de riesgo sobre el país y causar salidas de capitales, explica Gabriela Siller, Directora de Análisis Económico Financiero de Banco BASE. 

La Secretaría de Salud pidió a la población quedarse en casa y declaró emergencia sanitaria por causa de fuerza mayor, acción que lleva a parar las actividades productivas no esenciales.

Estas acciones, sin duda, golpearán el consumo interno del país, importante motor del Producto Interno Bruto (PIB), así como a la debilitada manufactura.

En este contexto, Ángel García- Lascuráin Valero, Presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), estimó que una cuarentena por el coronavirus llevará a la economía a una contracción de 0.2% en 2020.

Sin embargo, una mayor extensión derivaría en la falta de consumo, y la caída se agudizaría en 2.2 por ciento. 

Son cada vez más las voces que, desde la incertidumbre, prevén que la economía reporte una nueva contracción — incluso superior a 5% —  en este 2020, luego de que los estimados a inicio de año apuntaban a un escenario de crecimiento incluso superior a 1.5 por ciento.