La gran mayoría de los componentes y autopartes de un tractocamión está hecha de metal debido a su resistencia y durabilidad, pero a pesar de esto, su gran enemigo es el óxido y, peor aún, la corrosión que carcome desde la carrocería hasta las partes más críticas de la unidad. 

Su acción es parecida a la de un virus o un cáncer, ya que empieza con un punto de tono café, bienllamado “oxidado” y después se sigue con toda una parte y después entra y destruye todo a su paso si es que no se toman acciones urgentes y correctivas. 

Pero, ¿cómo o por qué se forma este óxido? Es química, es decir, la reacción de la humedad con el calor provoca esta oxidación y la forma más sencilla de ilustrarlo o imaginarlo sería pensar en el calor emitido por un motor en marcha y todas las partículas de agua a las que está expuesto el vehículo en cada recorrido. 

Y basta con una gota que se queda ahí y que, aparentemente, se evapore, pero no del todo, ya que justamente lo que hace la ebullición es el calor y lo hace sobre una superficie de metal, que bien puede ser en la carrocería o en el propio motor del vehículo. 

Una vez formado el óxido, éste inicia con el proceso de corrosión, y en estos casos, apuntan los especialistas, ya es más difícil frenarlo, pues tal metal ya está dañado y puede seguir avanzando.

Es por eso que la primera recomendación es realizar revisiones periódicas tanto de la carrocería como del motor de la unidad, a fin de identificar posibles puntos de riesgo y, de ser el caso, actuar de inmediato.

Además de hacer inspecciones visuales por el exterior, también es preferible lavar constantemente el motor del vehículo, ya que esto ayuda a simplificar esta tarea. De hecho, la limpieza del motor en el exterior evitará que estas formaciones de óxido aparezcan en las superficies y, por tanto, hacerlo de manera frecuente ayudará a que el mantenimiento del motor sea mucho más ágil y sencillo.

Otro punto básico es incluir en el proceso de mantenimiento preventivo un aceite lubricante que contenga elementos anticorrosivos para evitar estas formaciones.

El aceite lubricante, especialmente los adicionados con un aditivo para aceite, contienen elementos anticorrosivos que no permitirán que se peguen las partículas de agua. 

Éstas, en ocasiones, pueden ingresar al motor por diferentes razones y, además, siempre se corre el riesgo de que circulen por los mismos conductos y podrían encontrar hogar en algún conducto o recoveco del motor.

Además de repeler el agua dentro del motor, estos son algunos beneficios de un aceite lubricante adicionado con un aditivo para aceite de motor para evitar la corrosión.

Excelente manejo sobre la generación de hollín, lo que permite una mayor eficiencia de operación, así como una mayor vida útil del motor y del lubricante.

Sobresaliente estabilidad térmica y menor exposición a la oxidación, lo que reduce la formación de depósitos y lodos.

Mayor estabilidad al corte, lo que reduce el consumo de aceite y brinda una mayor protección al desgaste.

Mejor capacidad de bombeo a baja temperatura, lo que facilita el arranque en climas fríos y reduce el desgaste.

El proceso de bombeo del aceite lubricante dentro del motor permite que todo el fluido circule libremente y pase por el filtro de aceite, a fin de dejar toda la suciedad recolectada y así este puede continuar con un flujo fluido.

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Realizar el cambio de este fluido, como parte del mantenimiento preventivo, permitirá que el aceite lubricante mantenga las capacidades de protección del motor y no permita que aparezcan las formaciones de corrosión, tanto en el interior como en el exterior.