Luego de haber trabajado como operador y transportista durante más de 20 años, Gerardo Alanís Espronceda decidió construir su propio sueño. Con cinco tractocamiones, en 1974, fundó Autotransportes Alanís, una empresa que buscaba consolidarse en el transporte refrigerado.
Aunque su “acta de nacimiento” data de este año, fue en 1985 cuando iniciaron operaciones formalmente, en Nuevo Laredo, Tamaulipas.
En aquel principio, su principal operación estaba en el Bajío, de donde movían vegetales congelados hacia el norte del país. Sus cinco tractocamiones empezaron a recorrer los caminos durante los primeros años de esta historia.
Desde el principio, Gerardo Alanís Espronceda tenía claro que debía especializarse para crear y consolidar una empresa profesional y de largo aliento.
De hecho era conocido por manejar su tractocamión “El Camaronero”, bautizado así porque movía muchos mariscos en aquel entonces, principalmente entre las rutas de Tijuana y Veracruz.
En aquella remota década de los ochenta no era tan común el transporte especializado, de tal manera que, aunque lento, el crecimiento de la empresa era constante y muy rápido se hicieron de dos camiones más.
Por aquellos años, recuerda la esposa de Gerardo Alanís, su hijo Gerardo Alanís Leal volvía de la universidad y luego luego sabía que era él, pues siempre usaba botas y su madre lo recuerda como si hubiera sido ayer.
Desde aquellas lunas al primogénito de la pareja ya le gustaban los camiones y el transporte. Rápido aprendió a manejar y le entraba a todo lo que fuera necesario.
Él y su hermano Eduardo se incorporaron a Autotransportes Alanís y, juntos, ya las dos generaciones, llevaron a la empresa hacia la nueva década, en la que se daría su primer hito: la firma del Tratado del Libre Comercio de América del Norte catapultó a la compañía para conquistar el mercado internacional.
Esto les permitió posicionar su expertise en el transporte internacional, al grado de que en la actualidad entre el 96 y el 98% de sus operaciones es cruzando la frontera entre Estados Unidos y México.
Ya con una compañía en crecimiento y un futuro prometedor, llegó el nuevo siglo, en el que tomaron decisiones importantes, como la diversificación de los servicios, a fin de tener una mayor cobertura en cuanto a las necesidades del mercado.
En aquellos años, Gerardo Alanís Leal decía que uno de sus sueños profesionales era llegar a una flota de 100 tractocamiones. En la actualidad su parque vehicular rebasa los 500.
En 2008, la empresa consiguió otro hito, que fue la obtención de la certificación CT-PAT, que les permitió fortalecer los lazos comerciales en Estados Unidos, con relaciones que permanecen hasta estos días.
Ya para 2016 abrieron servicio de transfer que detonó un buen crecimiento en Estados Unidos, donde abrieron una bodega que ha sido un gran acierto en esta historia. La creación de Cold Chain Solutions les ha permitido ampliar su oferta y consolidarse también en el país vecino.
Después llegó la empresa logística en Estados Unidos, donde también cuentan con una pequeña flota, pero el enfoque está en la gestión y las sinergias con empresas de Estados Unidos y Canadá.
Justo en ese 2016 se incorporó de lleno Gerardo Alanís Barrios al grupo empresarial, específicamente como responsable del desarrollo de mercado y nuevas iniciativas de negocio.
Y así llegaron hasta 2022, cuando Autotransportes Alanís abrió una línea de negocio para el servicio de transporte en caja seca, un hito en la postpandemia, pues la tendencia del nearshoring está generando mucha demanda de transporte en este segmento.
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Hoy, Autotransportes Alanís tiene un parque vehicular de 520 tractocamiones y 600 cajas refrigeradas; para la nueva división de seco pusieron a rodar 15 unidades.
Por último, quizá el sueño más importante para la familia Alanís, siempre quisieron dar una oferta de valor para sus clientes. Diferenciada, de calidad y que elevará los estándares del autotransporte no solo refrigerado y no solo internacional, sino como una flota emblemática mexicana.