El 23 de diciembre de 1939, ADO hizo su primer viaje de la Ciudad de México a Veracruz y tardó diez horas y media. Todavía en la época postrevolucionaria, este recorrido fue un hito para esa empresa conformada por seis socios y seis autobuses. 

Seis permisionarios se juntaron para dar servicio en esa ruta que hacía paradas en Puebla, Perote y Jalapa. También hacían breves escalas en los principales hoteles de aquel recorrido. 

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Pero no fue sencillo. El transporte de pasajeros entre ciudades era relativamente nuevo en aquel México de los tiempos del general Lázaro Cárdenas. Eran pocas carreteras y éstas eran más bien peligrosas. 

No había terminales de autobuses, ni talleres y de acuerdo con testimonios de aquella época, cada viaje era una aventura. El conductor tomaba su autobús y no se sabía más hasta su arribo a la ciudad de destino. 

No había manera de reportar un accidente, una falla mecánica o cualquier imponderable. El mismo conductor debía hacer las veces de boletero, administrador y carga equipajes. 

Todavía siendo una empresa nueva, entre 1940 y 1950 llegaron dos nuevos socios a ADO: Severino y Aurelio Pérez. Con ellos a bordo, la empresa siguió creciendo. En 1948 se inauguró la terminal de Buenavista, en la CDMX, un parteaguas para la organización. 

Rápido llegaron a nuevos destinos: Puebla, Campeche, Mérida y las playas de Quintana Roo. Después vinieron Oaxaca, Chiapas y Guerrero. Ahora hacia el norte, como Tamaulipas, un derrotero importantísimo en este crecimiento. 

En la década de los 50, junto con el gobierno, impulsaron la creación de nuevas y mejores carreteras, lo que permitió también desarrollar nuevas rutas y terminales.

Hacia la siguiente década también pudieron invertir en los primeros talleres para el mantenimiento de los autobuses, principalmente en la Ciudad de México, donde además también iniciaron con pequeñas refaccionarias, a fin de abastecer la exigencia de autopartes para la creciente flota. 

En los setenta fue inaugurada la Terminal de Autobuses del Poniente (TAPO), que significó un hito para ADO, pues también incursionaron en la administración de la dulcería y el restaurante del recinto. 

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Ya para esa época era un grupo con mayor presencia en el territorio nacional y hacia 1980 ya contaba con 13 empresas, incluso con servicios especializados, como el transporte turístico. 

En los noventa continuó la diversificación de ADO y también empezó a ofrecer servicio de paquetería, a través de Multipack.

También empezaron a adoptar mayor tecnología para gestionar las rutas y recursos del grupo. Por si fuera poco, también abrieron su propia escuela de conductores para enfrentar los retos del nuevo milenio. 

Hoy, Mobility ADO llega a más de 500 destinos y sus autobuses circulan por todos lados. Es difícil no verlos.