La transmisión de un tractocamión es tan importante como el motor, pues uno depende de la otra y lo ideal siempre será que estén al 100, a fin de obtener el máximo rendimiento del tren motriz de un tractocamión. 

Y si bien los mantenimientos preventivos y correctivos siempre deben correr a cargo de los especialistas, nunca está de más ciertas prácticas que permitirán un óptimo funcionamiento en cada viaje. 

En este contexto, compartimos siete claves para que la transmisión de tu tractocamión esté en las mejores condiciones posibles.

1.   Revisa constantemente el líquido

Al igual que pasa con el motor, la transmisión requiere una constante y oportuna lubricación, para evitar desgastes prematuros y, eventualmente, un mal funcionamiento, de tal manera que hay que verificar el nivel de forma constante.

2. Mantenimiento oportuno

Para evitar un mal mayor, siempre hay que estar atentos a cualquier comportamiento inusual, ya que la mayoría de los problemas empieza con algo pequeño que, con el tiempo, se va complicando. 

Desde los testigos en el tablero hasta una posible fuga o un ruido extraño, siempre hay que reportar cualquier cambio con el taller o con el proveedor de los servicios de mantenimiento, pues detectarlo a tiempo puede ahorrar mucho tiempo y también mucho dinero. 

3. Servicio preventivo

Los cambios en el líquido de la transmisión siempre están sugeridos por el fabricante y supervisados por el taller, razón por la que hay que estar siempre atentos a estos intervalos, pues, de lo contrario, puede que un viaje más no sea lo más recomendable. 

4. Sistema de enfriamiento de la transmisión

En este renglón, especialistas coinciden en la constante revisión y supervisión de la temperatura de todo el tren motriz, ya que la falta de lubricación puede ocasionar mayor calentamiento y, potencialmente, algún desperfecto en su operación habitual. 

Cuando la temperatura supera el rango ideal de funcionamiento, los sellos se endurecen, el embrague se calienta y el mismo líquido pierde propiedades. 

5. Filtros de buena calidad

La mayoría de las transmisiones automáticas cuentan con un filtro interno, que permite el flujo del líquido de transmisión, recolectando todas las impurezas que captura durante su circulación a través de la transmisión. 

Estas impurezas pueden dañarla al generar tapones en el flujo, erosionar los componentes y con esto reducir la vida sana de la transmisión. Es por eso que un filtro de buena calidad evitará estas situaciones y permitirá que los servicios sean más económicos y eficientes.

6. Servicio al motor

La transmisión y el motor están sumamente conectadas, por lo que un motor mal mantenido generará esfuerzos innecesarios al sistema de transmisión, ocasionando un desgaste más rápido de las propiedades del líquido de la transmisión, dejando desprotegida a la transmisión.

7. Cambios suaves

En esencia la mayoría del estrés y desgaste que sufren las transmisiones ocurren durante los cambios de velocidades. Hay que evitar un esfuerzo adicional al embrague para reducir significativamente el esfuerzo de la transmisión para realizar el cambio y al mismo tiempo mantiene las revoluciones del motor sin sobrecargarlo.

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