En la cadena de frío, la especialización de las flotas de autotransporte y sus operadores es primordial para el manejo seguro de productos que requieren temperatura controlada.

Una cadena de frío que se mantiene intacta, garantiza que el producto de consumo se ha conservado dentro de un margen permitido de temperaturas durante su producción, transporte, almacenamiento y venta final. 

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Cada producto tiene diferentes necesidades de transportación y temperatura, ya que sus tiempos de vida o maduración son distintos. José Ávila, Director de Almacén de la empresa transportista Transcooler, señala que la precisión es clave en el manejo de estos productos en la cadena de frío. 

La responsabilidad de los alimentos y mercancía perecedera durante su trayecto recae sobre el transportista, indica José Antonio Gutiérrez, gerente de calidad de Iresa-Basal-Ecofrío, empresas que participan en la cadena de frío en el país con soluciones logísticas y de almacenamiento en temperaturas controladas. 

Nosotros entregamos nuestro producto en las condiciones óptimas y así debe llegar; si algo sucede en el trayecto, el transportista es a quien nosotros hacemos responsable”, explica el directivo.

La especialización de los operadores es primordial, pues tiene el fin de sensibilizarlos de que su labor de transporte en cadena de frío puede tener un impacto en la salud pública.  

«Muchas veces lo están y otras no sobre las condiciones de seguridad que deben mantener dentro de una instalación frigorífica. Sin embargo, nosotros –como parte de nuestra responsabilidad– hemos creado reglamentos y manuales que les entregamos a los transportistas con objeto de que los hagan llegar a sus operadores. Pero esta responsabilidad recae sobre sus empleadores”, agrega José Antonio Gutiérrez.

En este sentido, Josué Hernández, Director de Operaciones de Transcooler, explica que la labor de sus operadores que diariamente ponen en movimiento la flota de la empresa es de gran relevancia en este proceso.

No son solo conductores, sino profesionales del traslado de productos a temperatura controlada”. 

Transcooler

Por ello la importancia de la capacitación –que cobra mayor relevancia en tiempos de COVID-19– para proveerles de todos los conocimientos necesarios para programar los equipos, vigilar en todo momento la temperatura de la carga, detectar una falla y encontrar una solución en caso de requerirse.

Igual de relevante resulta el mantenimiento. La reacción del taller no debe ser de horas, sino de minutos para garantizar la inmediatez en el servicio. Transcooler, por ejemplo, cuenta con un taller propio, el cual está en operación 24/7, y con una red de servicio en todos los estados. 

La cadena de frío en el transporte 

Iresa-Basal-Ecofrío detalla que, como protocolo en sus operaciones en cadena de frío, se toma la temperatura al inicio, a mitad y al final del embarque para garantizar que, al momento de cerrar las puertas de la unidad del transportista, los grados centígrados sean los adecuados. 

También se utilizan –en ocasiones– monitoreo satelital de temperatura, data loggers o termograficadores, que durante el trayecto y en tiempo real reportan la temperatura de la caja. 

Esta empresa requiere de los proveedores de transporte que sus unidades estén equipadas con sistemas de control de temperatura en sus cajas, y mantenerlas en un rango de temperatura que permita transportar producto refrigerado de cero a 4 grados, o producto congelado en temperatura de menos de 18º. 

Las cajas de los vehículos –tanto en paredes como en techo y piso– no deben contar con ningún agujero o reparación que permitan la entrada de calor en la caja. Además, tener un acabado sanitario; es decir, sus esquinas deben ser redondeadas y aisladas térmicamente. 

En cuanto a limpieza, no debe contener ningún tipo de objeto ajeno al embarque, plaga u olor que no sea característico del producto o de la sanitización. Tampoco restos u olores a químicos que se pudieran considerar peligrosos para los fletes.

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