En tiempos de pandemia, entender la movilidad de las personas es clave, tanto para definir estrategias de control de contagios, como para impulsar las rutas de reactivación económica, asegura Eugenio Riveroll, CEO de SinTráfico. 

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“Comprender la movilidad es un factor crítico: es uno de los drivers principales para la propagación de los contagios y para su control. Y puede ser uno de los más críticos para delimitar o determinar el riesgo que hay para reactivar”, explica.

Sin Tráfico, plataforma líder en big data de movilidad en México con más de 10 años de especialización, comparte que, durante la contingencia sanitaria, ha detectado un cambio muy marcado en el dinamismo y comportamiento de las personas día con día. 

“Y esto es parte de la famosa nueva normalidad: vienen muchas semanas y meses en los que las medidas de distanciamiento se ajustarán (de acuerdo con el semáforo epidemiológico), los impactos de los contagios van a estar cambiando, lo que irá dictando nuestros comportamientos y hábitos”, añade.

Riveroll manifiesta que en el sector transporte y movilidad se debe entender que se acabó el concepto de día típico, el cual pesaba a la hora de hacer estudios y desarrollar programas: “Hoy no lo hay, y parece que no va a volver, no en este contexto y en por lo menos seis a 12 meses”.

Por ello, el reto es identificar cómo transformar este contexto en oportunidades para todos los negocios, las compañías y las organizaciones. Cómo atender las nuevas demandas y necesidades diferentes y muy cambiantes. 

En esto coincide Angélica Vesga, Secretaria Técnica de la Asociación Mexicana de Autoridades de Movilidad (AMAM) y Directora de Comunicación y Asuntos Públicos del Instituto de Recursos Mundiales (WRI México), y advierte que la demanda de los servicios de transporte será fluctuante y con bastante incertidumbre. 

“La planeación de un sistema de transporte casi siempre se basa en cuántos usuarios voy a tener y sobre eso planeo. Ese ya no puede ser el criterio, lo que implica formas mucho más creativas de pensar el financiamiento y la cobertura de los sistemas de transporte”, detalla Angélica Vesga.

Añade que la demanda ya no se entiende como un gran número, sino por las características que puede tener y las necesidades específicas de seguridad y salubridad.

“La pandemia abre múltiples cuestionamientos, no solo de los problemas que ya se tenían, sino sobre las soluciones a futuro. No hay una única solución, no hay un camino escrito», manifiesta.

La especialista comparte que el gran concepto tiene que ser innovación, flexibilidad y correspondencia de atribuciones para considerar al transporte como una política pública y como un garante de acceso a derechos.

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