Todos los días llegan reportes de accidentes, robos, secuestros y extorsiones a vehículos de carga. En el mejor de los casos, los delincuentes se llevan las mercancías y el camión. En el peor, el operador pierde la vida y no hay detenidos. Y si los hay, el trámite es más largo que su estancia tras las rejas.

En este contexto, Elías Dip, Presidente de la Confederación Nacional de Transportistas Mexicanos (Conatram), hace un llamado no solo a la Guardia Nacional sino a todos los órdenes de Gobierno para que, sea cual sea su estrategia, empiecen por combatir la impunidad, el principal problema de la inseguridad en las carreteras.

El líder transportista es claro cuando afirma que la Guardia Nacional tiene mucho trabajo por hacer, pero que de poco o nada servirá si la línea de mando es como el discurso que ha ofrecido el Presidente Andrés Manuel López Obrador, que concede el perdón indiscriminadamente. Así lo explica.

“Cuando hablamos de inseguridad, lo hacemos con miedo. Ha crecido tanto el problema, que el Gobierno no ha podido controlarlo, al grado que tenemos mucha falta de operadores. Ya no quieren trabajar por el miedo a las carreteras, a los asaltos, a morir. Andrés Manuel trae muy buena voluntad de acabar con el crimen, pero no pone la muestra. Eso de perdón para todos no es justicia”.

Esa actitud, afirma el empresario, ha hecho que crezca la delincuencia. Pensar que la Guardia Nacional podrá frenar la ola delictiva, así porque sí, pues no va a suceder. Eso sí, aclara, el Gobierno anterior empezó con el nuevo sistema de justicia penal, “que ha sido un fracaso”. 

El gran reto, considera, será limpiar a los ministerios públicos, jueces corruptos y a todas las autoridades incompetentes. No perdonarlos. “¿Qué hará la Guardia Nacional cuando detenga a un delincuente?, ¿qué pasará si un juez no levanta bien la averiguación?, pues lo soltarán. El gran problema es la impunidad”.

Y en cuanto a los acercamientos que han tenido con el Gobierno federal, Dip Ramé señala que sí han llevado éstos y otros temas para colocarlos en la agenda de las autoridades. Por esos esfuerzos el asunto no se detiene, sino por las acciones que resultarán de dichos encuentros. Ahí también está el gran reto de la Guardia Nacional.