Considerando la alta concentración de contaminantes a nivel mundial, uno de los principales participantes en la emisión de ellos es el sector transporte. Se han implementado políticas para reducir la generación en los motores a diesel, creando fuentes de poder y combustibles más limpios, pensados para tener energías renovables e, idealmente, no contaminantes.

La electromovilidad se ve como una solución, pero también existen tecnologías intermedias o de transición que no provienen del petróleo, donde se puede hacer síntesis del diesel, bencina y alcoholes a partir de materias primas renovables que minimizan el impacto ambiental.

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El biodiesel es una de esas opciones, que puede fungir como “puente” en la transición entre el uso de energía de diesel fósil y la eléctrica. Es un biocarburante producido a partir de los aceites vegetales y grasas animales que empezó a darse a conocer en 1980. Se produce desde un proceso conocido como transesterificación¹ y sustituye parcial o totalmente al diesel fósil. Actualmente, existen investigaciones, así como varios desarrollos y patentes para su producción, aunque no han sido masificados.

Con base en estudios que se han llevado a cabo en diferentes países, se encuentran ventajas al medio ambiente, principalmente, con su uso en los motores a diesel. Sin embargo, hay algunas dudas respecto a su utilización, especialmente en cuanto a daños en el motor.

Debido a que las propiedades del biodiesel y el diesel son similares, se pueden mezclar en cualquier proporción, llegando al Bio puro o 100 por ciento. La mezcla se identifica como BXX, siendo XX lo que indica el porcentaje de biodiesel contenido en la mezcla.

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Su uso reduce significativamente los hidrocarburos no quemados y partículas carbonosas, así como los humos negros de escape creados por el diesel fósil, que son los causantes del smog. La opacidad se disminuye hasta en un 70% en un combustible puro, y las emisiones totales de las partículas en suspensión son en promedio 60% más bajas. 

En cuanto a ajustes y daños al motor, no es necesario adaptar a los inyectores y tampoco se requiere usar algún lubricante especial, ni se reportan daños a los componentes mecánicos, aunque existen algunas recomendaciones tales como tener un periodo de “rodaje de limpieza”, al incrementar progresivamente el porcentaje de biodiesel, a fin de remover las impurezas que pudieron haberse formado en el fondo de los tanques por un excesivo tiempo de almacenaje.  

Sin embargo, algunos usuarios con mezclas de hasta B25, reportan ciertos puntos de consideración, como son una posible obstrucción del filtro de combustible, efecto del cambio al biodiesel en motores usados, posible degradación de retenes y juntas con vehículos de más de 20 años.

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¹Para obtener biodiesel, los aceites y grasas se someten a una reacción de transesterificación con un alcohol, normalmente metanol, en presencia de un catalizador, por lo común una base. Es aquí donde se lleva a cabo la reacción química entre los triglicéridos y el metanol para la obtención del biodiesel.

Acerca del autor: José Gutiérrez es el Director de Enlace Industrial para NACFE LATAM y socio fundador de la firma de consultoría Highpercons, la cual se enfoca en el diseño de estrategias, implementación de control de calidad y definición de indicadores. Sus responsabilidades en NACFE LATAM, incluyen ser la interfase con flotas, armadoras y proveedores, y administrar la red social para México y Latinoamérica. Si desea participar en el grupo de LinkedIn de NACFE LATAM, por favor contacte a jose.gutierrez@highpercons.com

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