Si bien el mantenimiento crucial en el autotransporte radica en las unidades motrices y todos sus componentes, darle un oportuno servicio preventivo al remolque también resulta importante, pues mientras alarga su vida útil también permite ofrecer un mejor servicio. 

A pesar de que no se habla de motores, transmisiones o diferenciales, tener en óptimas condiciones en el remolque también repercute en la eficiencia y seguridad de la operación, además de que visiblemente también hace lucir (o no) a una empresa. 

Por si fuera poco, al considerar los principales materiales con los que se construye un remolque también hay que tomar en cuenta que su cuidado y protección requieren conocimientos y productos muy específicos. 

Es por eso que en esta entrega de las Esenciales TyT compartiremos tres claves para dar un correcto y oportuno mantenimiento a un remolque, con base en sus materiales. 

Chasis

Sin duda se trata del componente con más piezas móviles y, al igual que con las unidades motrices, deben ser engrasadas y lubricadas para protegerlos, evitar desgastes y mantener la humedad y los contaminantes lejos de la suspensión y los frenos. 

De esta manera se puede evitar el desarrollo de corrosión y los daños permanentes que pueda causar.

Y es que los baleros y los ejes son vulnerables ante la humedad y la suciedad, por lo que es importante engrasarlos de manera constante para evitar que aparezca óxido en sus superficies. 

Madera

El piso de los remolques suele ser de madera para disminuir el peso y mantener la rigidez y el soporte en la carga, sin embargo, se trata de un material muy susceptible a la humedad. 

Es por eso que especialistas recomiendan cubrir con barnices o esmaltes adecuados para su protección y evitar que pierda rigidez. 

Aluminio

Este material es probablemente el que más ocupe las dimensiones del remolque y por sus propias cualidades no está tan expuesto a la oxidación, pero el tema cobra relevancia cuando hablamos de los remaches y tornillos, hechos de acero. 

En caso de no estar protegidos, éstos sí están más expuestos a la corrosión, razón por la que se recomienda encerar el remolque periódicamente y agregar una capa de lubricante multiusos para que el agua y otros líquidos se resbalen y no se concentren en áreas que provoquen humedad y, eventualmente, corrosión. 

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Por último, además de hacer inspecciones visuales constantes y mantenimientos oportunos, es importante mantener limpio, seco y ventilado el remolque para evitar la concentración de humedad y olores desagradables que puedan llegar a “contaminar” las mercancías transportadas