La crisis del mercado de trabajo provocada por la pandemia dista mucho terminar, y, al menos, en los siguientes dos años, el crecimiento del empleo no logrará compensar las pérdidas sufridas, así lo indicó la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

De acuerdo a las proyecciones de la OIT, el déficit de puestos de trabajo, por la crisis mundial, llegará a los 75 millones en este año, para luego reducirse a 23 millones en 2022.

El correspondiente déficit en horas de trabajo, que abarca el déficit de empleos y la reducción de horas, equivale a 100 millones de empleos a tiempo completo en 2021 y a 26 millones de empleos a tiempo completo en 2022.

En consecuencia, se prevé que en 2022 el número de personas desempleadas en el mundo se sitúe en 205 millones, muy por encima de los 187 millones de 2019. Esta cifra equivale a una tasa de desocupación del 5.7 por ciento. Antes del periodo de crisis de la COVID-19, solo se había registrado una tasa similar en 2013.

El documento indica que, en el primer semestre de este año, las regiones más afectadas fueron América Latina y el Caribe, Europa y Asia central, donde la pérdida estimada de horas de trabajo superó el 8% en el primer trimestre y el 6% en el segundo, mientras que a nivel mundial y en los mismos periodos las tasas fueron de 4.8 y 4.4 por ciento.

La crisis de la COVID-19, ha afectado con más dureza a las mujeres y jóvenes. En 2020, la contracción del empleo femenino fue del 5 por ciento frente al 3,9 por ciento del empleo masculino. También fue más elevado el porcentaje de mujeres que quedó fuera del mercado laboral y pasó a la inactividad.

Mientras que el empleo juvenil se redujo en un 8,7 por ciento en 2020 con respecto a la reducción del 3,7 por ciento del empleo de adultos; la caída más pronunciada se registró en los países de ingreso mediano.

“La recuperación de  COVID-19 no es una mera cuestión sanitaria. También habrá que superar el grave daño a las economías y las sociedades. 

Sin un esfuerzo deliberado para acelerar la creación de empleo decente y ayudar a los miembros más vulnerables de la sociedad, y a la recuperación de los sectores de la economía más afectados, los efectos de la pandemia podrían prolongarse durante años en forma de pérdida de potencial humano y económico, y de mayor pobreza y desigualdad”, puntualizó Guy Ryder, Director General de la Organización.

Ante este panorama, la OIT destacó que para una recuperación estructurada, se debe promover el crecimiento económico de base amplia y crear empleo productivo; apoyar los ingresos de los hogares y la transición en el mercado de trabajo; fortalecer los fundamentos institucionales necesarios para un crecimiento y un desarrollo económicos inclusivos, sostenibles y resilientes; y utilizar el diálogo social para formular estrategias de recuperación centradas en lo humano.

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