A raíz de la necesidad de reactivar la actividad económica que se vio interrumpida por los efectos del COVID-19, un grupo de organizaciones, asociaciones, consultores, investigadores y activistas elaboraron un documento que propone una respuesta integral ante las necesidades de movilidad de personas y mercancías de forma saludable, segura, sustentable y solidaria.

Esta iniciativa fue elaborada en conjunto con la Secretaría de Salud (SSA), la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat); la oficina de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en México y más de 100 organizaciones de la sociedad civil.

Este documento propone cuatro ejes rectores que derivan en 12 estrategias y siete metas, acompañados de una batería de indicadores para medir de forma objetiva los resultados de cada estrategia y contar así con una herramienta con la cual sea posible ajustar y adaptar cada medida a las necesidades de cada entidad federativa y municipio del país.

El reto ahora es aprender a convivir con el COVID-19, pues hasta que no exista una medicina o una vacuna que prevenga su ataque, algo no previsible en los próximos 10 a 18 meses al menos, la posibilidad de contagiarse y enfermar persistirá.

Este plan propone transitar a la nueva normalidad, mediante la adopción de protocolos que faciliten la movilidad cotidiana, coadyuven al bienestar de todas las personas garantizando el acceso a los servicios y mejoren la distribución de mercancías, reduciendo con ello el riesgo de contagio en las ciudades y la afectación al medio ambiente.

El objetivo es transitar de la movilidad restringida que hemos padecido en los últimos meses a una que se haga de la manera más segura, incluyente, accesible y resiliente.

Salud

Las acciones propuestas en este rubro son: sanitizar continuamente el transporte público, usar tecnologías para gestionar los servicios, señalizar la sana distancia, distribuir cubrebocas, ampliar espacios peatonales para respetar el distanciamiento necesario, implementar ciclovías emergentes, instalar biciestacionamientos, habilitar micromovilidad compartida, facilitar bicicletas a personal de salud, establecer apoyos a compra y reparación de bicis e mplementar vías recreativas con sana distancia.

Sustentabilidad

De igual forma, estos son los aspectos que deben tomarse en cuenta para promover la protección del ambiente: monitorear calidad del aire, mantener control de emisiones vehiculares, respetar programas de restricción vehicular, coordinar ocupación reducida en transporte público, monitorear niveles de movilidad, ofrecer información sobre cambios y cupos en el transporte público.

Seguridad

Las acciones para salvaguardar la integridad de los ciudadanos consisten en: reducir el tránsito en vías principales, peatonalizar y establecer supermanzanas, implementar controles de velocidad, reducir límites de velocidad, reducir riesgos a peatones en cruces de alta demanda y disminuir riesgos en infraestructura vial.

Solidaridad

En lo que a solidaridad se refiere, los aspectos a considerar son: establecer carriles exclusivos para transporte público, priorización semafórica de transporte público, gestión y conversión de zonas de estacionamiento, ofrecer incentivos para logística en bicicleta, reasignar espacios de estacionamiento para micromovilidad, ampliación de espacios de servicio sobre tráfico vehicular.

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