Los autobuses de dos pisos, por años considerados un ícono del Reino Unido, han extendido su presencia en todo el mundo. Aunque su origen no se puede establecer con total claridad sí se sabe que surgieron incluso antes que los motores de combustión siendo el caballo su “sistema” de propulsión aproximadamente en 1820.

A estos primeros buses se les llamaba omnibuses y corrieron en Francia e Inglaterra. Para 1847 Adams & Co de Fairfield, fabricaron un vehículo con techo y con asientos en el piso superior que recorría la longitud del autobús. Inicialmente no fueron muy populares si embargo, con el paso de los años fueron ganándose la confianza de los usuarios. John Greenwood introdujo un autobús de dos pisos mucho más grande con suficiente espacio para un máximo de 42 pasajeros tirado por tres caballos.

Posteriormente se les agregó una escalera para que el acceso al piso superior fuera más práctico. No obstante, el caballo y los autobuses enfrentaban una fuerte competencia frente a los tranvías y los trenes, que eran más económicos, y con la introducción del motor de combustión. Fue así como el último autobús impulsado por caballos en Londres dejó de operar en 1914, pero continuó en las zonas más rurales del Reino Unido hasta 1932.

Horse-Drawn-Omnibus

La evolución hacia el motor de combustión

Los primeros autobuses de dos pisos con motor se introdujeron en 1923 e incorporaron una cubierta superior completa. Fueron construidos por la AEC (Associated Equipment Company) considerados de lujo para la época con asientos tapizados en lugar de los bancos de madera. Con ello quedó demostrada la adaptabilidad de los autobuses comparada con la de los tranvías y los trenes.

Fue el denominado Routemaster, construido en la década de los 50, el que se hizo famoso en Londres debido a que mientras que la mayoría de los autobuses utilizaban un chasis de escalera separada sobre la cual se atornillan los paneles y el motor, éste tenía una carrocería de aleación y en la parte delantera se ubicaba el motor, la dirección y la suspensión delantera. Contaba con suspensión delantera independiente, dirección asistida, transmisión automática y el frenado de potencia hidráulica. El Routemaster se hizo más ligero y eficiente que sus competidores y color rojo brillante se convirtió en uno de los vehículos más representativos y emblemáticos en Londres y en todo el mundo.

En la actualidad su uso se ha extendido en todo el mundo, principalmente para cubrir largas distancias –no tanto como transporte público–, y se han hecho realmente populares para cubrir circuitos turísticos, en su versión sin techo, generando una experiencia de otro nivel para los usuarios.

En nuestra siguiente entrega, los double decker más famosos en el mundo.