Durante la emergencia sanitaria, cuando se vivió la mayor restricción a la movilidad de la población y se paralizó buena parte de la economía mexicana, los productores del campo, las empresas empacadoras y los transportistas no dejaron de trabajar para asegurar el abasto de alimentos en el territorio nacional. 

Desde la aparición del primer caso confirmado de SARS-CoV-2 en México, el pasado 28 de febrero, hasta hoy —cuando el país transita por un proceso de adaptación a la denominada nueva normalidad—, quienes están detrás de la cadena de valor del sector agrícola se han encargado del cuidado de la salud de sus trabajadores, la inocuidad de los productos y de asegurar que éstos lleguen adonde los necesitan. 

La pandemia llegó acompañada de estrictos lineamientos para evitar contagios en el campo, las huertas y centros de empaque; como son la toma de temperatura a los trabajadores, horarios escalonados e intercambio de turnos para conservar la sana distancia, y volvió indispensable el uso de gel antibacterial, cubrebocas y guantes para manipular los alimentos. 

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Indudablemente ha habido algunos impactos negativos en el sector. El hecho de implementar estas medidas sanitarias hace que se incrementen los costos de producción, ya que no se puede trabajar con la misma cantidad de personal en el campo, en los empaques o en las cadenas de distribución, lo cual hace más costosos estos procesos”.

Mario Puente Raya, Vicepresidente de Sanidad e Inocuidad del Consejo Nacional Agropecuario (CNA). 

En entrevista para TyT, Puente Raya refiere que, dentro de la actividad agropecuaria hay sectores más afectados que otros, con alzas en los costos que oscilan entre 10 y 20 por ciento, las cuales no se ven reflejadas con la misma fuerza en los precios al consumidor final. 

Entre marzo y mayo, de acuerdo con cifras disponibles en el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), los precios agropecuarios tocaron niveles no vistos en dos años. En mayo pasado, la inflación general se ubicó en 2.84% anual y, en su interior, la no subyacente fue de 0.35 por ciento, favorecida por menores precios de los energéticos; sin embargo, los agropecuarios repuntaron 9.79% anual, según cifras desestacionalizadas. 

Los mayores precios de los productos pueden estar asociados a las cadenas de distribución, los medios de transporte estuvieron más limitados para el desplazamiento de las mercancías, y los procesos en la producción se hicieron más lentos y costosos, lo cual seguramente tiene un impacto”. 

Mario Puente Raya, Vicepresidente de Sanidad e Inocuidad del CNA. 

Sin embargo, el balance del CNA respecto al desempeño y los resultados de la industria agroalimentaria del país es positivo, ya que, gracias al trabajo realizado entre el Gobierno federal y el sector privado, ninguna empresa se vio forzada a parar sus actividades a causa de contagios de Coronavirus entre sus empleados y, a la fecha, hay alimentos inocuos y seguros en los centros de abasto o supermercados para que la población acceda a ellos. 

No tenemos registro de que alguna empresa haya parado sus actividades o haya tenido contagios de Coronavirus en sus operaciones. Eso nos da la certeza de que vamos a salir adelante y, con la reactivación económica gradual que se vaya generando, se recuperarán las pérdidas que se pudieron haber tenido por el manejo de esta pandemia”. 

Mario Puente Raya, Vicepresidente de Sanidad e Inocuidad del CNA.

Transporte de carga, a la altura de las exigencias 

El autotransporte también opera con estrictas medidas sanitarias para evitar la propagación del nuevo Coronavirus entre los operadores y el personal de los puntos adonde acuden a cargar o descargar mercancías. Éstas consisten en mantener siempre una distancia de 1.5 metros, utilizar cubrebocas, gel desinfectante, evitar tocar superficies de manera innecesaria, e incluso, mantenerse en la cabina el mayor tiempo posible, por mencionar algunas. 

En la práctica, han surgido requisitos por parte de las empresas que solicitan los servicios de transporte de carga para movilizar sus mercancías dentro y fuera de México, mientras que el trabajo coordinado entre los transportistas y productores agrícolas ha derivado en una sólida cadena de abasto. 

Grupo GR, empresa dividida en tres áreas de negocio: Agrícola, Comercial y de Transporte, expone a TyT que la exigencia de sanidad para el autotransporte en este segmento siempre ha sido elevada; sin embargo, el Coronavirus llegó para reforzar el cumplimiento de prácticas como la fumigación y sanitización de las cajas. 

Jonathan Goytia Arias, Gerente de Logística del Grupo con sede en Torreón, Coahuila, detalla que otra medida de los clientes es la solicitud de certificados médicos de los operadores, para descartar que sean población de riesgo al padecer hipertensión, obesidad y diabetes, enfermedades que los hacen más vulnerables al COVID-19. 

En otros sitios, añade, está estrictamente prohibido que el operador haga contacto con personal del área de empaque adonde acude a cargar. Adicionalmente, las empresas agrícolas solicitan que la transportista provea de cubrebocas, gel sanitizante y guantes al conductor; medidas que cumplen inclusive en carretera, debido a que hay puntos de inspección en distintas zonas del país, donde personal médico vigila su cumplimiento.

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El Vicepresidente de Sanidad e Inocuidad del CNA declara que, a la promoción de la sanitización de las cajas de los camiones, se añadió la menor manipulación de alimentos en el momento de la carga y transporte hacia la frontera con Estados Unidos. En el caso del segmento de Transporte de Grupo GR, es usual que la mercancía salga sellada del sitio de empaque hacia la frontera, por seguridad del producto y la cadena de suministro; sin embargo, la pandemia ha hecho más relevante el monitoreo de los tractocamiones.

Erik Armando López Montiel, líder de Mejora Continua de Grupo GR, manifiesta que el cumplimiento de los lineamientos sanitarios a raíz del SARS-CoV-2, les demandó mayor rigor en sus protocolos. Solo un 10% corresponde a medidas extraordinarias, y éstas tienen que ver con el material de protección para los operadores. 

En cuanto al reforzamiento de protocolos de seguridad sanitaria por parte de Estados Unidos, la empresa 100% mexicana refiere que al contar con certificaciones como la C-TPAT, se reducen los tiempos de cruce fronterizo y se evita un impacto en los costos, ante una posible mayor espera en aduanas. 

Entre enero y abril de este año, las exportaciones agropecuarias de México totalizaron 7,324 millones de dólares, 6.3% más respecto a igual lapso de 2019. La afectación de Coronavirus al comercio exterior de México fue notoria en abril, cuando las exportaciones de productos del campo cayeron 14.5% a tasa mensual y 8.2% anual, de acuerdo con Banco de México (Banxico).